Una ginebra para viajar a la encantadora decadencia de los cabarets de París

Hendrick’s arriesga y gana con su edición limitada Grand Cabaret, donde rescata la destilación de frutos de huesos

Hendrick’s invita a revivir el sabor de los cabarets de París. Foto Hendrick’s

¿Recuerdan la película de Woody Allen Medianoche en París, en que Owen Wilson saltaba un siglo atrás para fascinarse con el ambiente de desenfreno, alegría y decadencia de los cabarets de la capital francesa?

No nos vamos a meter en una máquina del tiempo, pero sí es posible reconstruir los sabores que se servían en aquellos salones de la Belle Époque como el Foliès Bergère, Le Chat Noir y el famoso Moulin Rouge, donde además del champagne y la absenta se servían variedades de gin que luego fueron tapadas por la niebla de la historia.

El paciente trabajo de Hendrick’s, y sobre todo de su maestra destiladora Lesley Gracie, ha servido para lanzar al mercado Grand Cabaret, una ginebra premium y de edición limitada que rescata la libación a base de frutas.

Uno de los cócteles creados con Grand Cabaret. Foto Hendrick’s

La historia detrás del Grand Cabaret

A Hendrick’s le gusta jugar con las narrativas, y en este caso, describe que la fórmula del nuevo gin nace en el Gabinete de Curiosidades de la compañía, donde Gracie se inspiró en un aguardiente de futas de hueso “que se servía con un toque de ginebra aromatizado con rosas”, que era muy popular en el París del 1900.

La narrativa de Hendrick’s propone viajar a los sabores que eran furor en la Belle Époque de París

Pero como sucede en la película de Allen, la inspiración siempre mira en el espejo retrovisor de la historia, y en este caso, ese aguardiente se remite a otro aguardiente del siglo XVII, donde se descubrió el resultado de destilar frutas de hueso como melocotones o cerezas.

El sabor del nuevo gin

Estos destilados con diversas hierbas dulces dan como resultado una ginebra más dulce que lo usual, de aromas afrutados, donde tampoco falta las notas de pepino.

La fiesta en Madrid. Foto Hendrick’s

Al saborear el Grand Cabaret las presencias de las frutas de hueso se perciben con la combinación de las hierbas aromáticas dulces, que conducen a un final suave.

Fiel a esa narrativa, la botella de Hendrick’s se presenta con una etiqueta decorada con una araña con sus velas encendidas rodeadas de guardas de flores, aunque el aplauso se lo lleva el packaging, con una caja con un telón de cartón que se abre manualmente y donde la botella emerge entre figuras troqueladas que recuerdan a las equilibristas de los cabarets.

Y por supuesto, la presentación en sociedad en España fue en una fiesta en el Teatro Joy Eslava, donde el maximalismo y la excentricidad estaban en el orden del día.

Lesley Grace, maestra destiladora de Hendrick’s

Cócteles para descubrir

Los expertos de las casa recomiendan usar esta ginebra para crear dos cócteles de su autoría. Uno es el Grand Cabaret Royale, donde 30 ml de esta bebida se combinan con otros tantos 30 ml de jugo de arándano, 15 ml de jugo de lima y 15 ml de jarabe simple, que se cubren con champagne, cava u otro espumoso en una copa flauta. Y que no falte la rodaja de pepino o naranja.

El otro es el Grand Cabaret French 75, donde a la base de 30 ml de Hendrick’s Grand Cabaret se le añaden 10 ml de sirope de azúcar y 10 ml de zumo de limón. Todos ellos se agitan en una coctelera con hielo, y se sirve sobre hielo cubo en una copa con champagne u otro espumoso. Sí, y también con el pepino reglamentario.

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