Ronda castiza: de tapa en tapa y de bar en bar por la Plaza de la Paja (Madrid)
La Plaza de la Paja, corazón de La Latina, ofrece hasta el próximo 23 de marzo la ruta perfecta para descubrir las tapas madrileñas más auténticas

Patatas Bravioli en La Quintería para la segunda edición de Ronda Castiza.
Llegó a ser la plaza más importante de Madrid, en pleno barrio de los Austrias, cuando albergaba el mayor mercado de la villa, allá por los siglos XIII y XIV, hasta que la construcción de la plaza del Arrabal, precedente de la Plaza Mayor, desplazase el foco de la actividad comercial.
Flanqueada en su momento por palacios como los de los Lasso de Castilla, los marqueses de la Romana o los Vargas (el único que se conserva), el negocio en la Plaza de la Paja -el nombre se debe su nombre a la obligación que tenían los vecinos a entregar paja a los capellanes del cabildo de la Capilla del Obispo para alimentar a sus mulas- hizo florecer a su alrededor numerosas tabernas, por lo que se la conocía, ya en el siglo XVIII, como Plaza de las Tabernillas.
Tres siglos después, los bares y restaurantes herederos de aquel legado se unen para dar a conocer la gastronomía más castiza de la ciudad en una ruta de tapas, Ronda Castiza, que reivindica los bares de toda la vida, la tradición de la vida en la calle y el ocio tan característico que ya forma parte de la identidad de la ciudad.
Tapas de siempre con un ‘twist’
Organizado por la Asociación de Hosteleros de la Plaza de la Paja, en la cita, que celebra su segunda edición hasta el próximo 23 de marzo, se podrán probar las tapas más clásicas como las bravas o los mejillones tigre, pero también propuestas reinventadas.
Por 4 euros la tapa, 5 euros si se pide acompañada de otro gran clásico, el vermú, en este caso de la firma Bendito, el plan consiste en recorrer a fondo la plaza y saborear no solo las propuestas gastronómicas, sino también acercarse a este rincón de Madrid y a las historias asociadas al lugar.
Un recorrido para ‘comerse’ la Plaza de la Paja
El recorrido puede muy bien empezar en Domi, que ofrece como tapa una muy popular carrillera estofada que se actualiza con un toque de plátano frito.
Más cosmopolita, en El Bacaro de Fabio se innova con una focaccia de pastrami con salsa de piparras, mientras que De Mercado hace honor a los sabores muy madrileños con sus mejillones tigre con alioli.
La ruta continúa en La Musa Latina, que propone una doble gilda de anchoa con patatas de churrería. Puro Madrid.
Por su parte, La Quintería seduce con sus patatas bravioli: crujientes cubos de patata, dorados por fuera y tiernos por dentro, bañados con salsa brava picante y ligeramente ahumada y ali oli. Imposible ser más madrileño.
La sorpresa en Naia viene de la mano de las gallinejas, que aquí se actualizan para dar forma a la tapa falsas gallinejas crujientes.
También una versión renovada de una tapa clásica se ofrece en Taberna Angosta, donde las castizas gambas al ajillo se transforman en camarones al ajillo.
Para acompañar, en todos los establecimientos se ofrecerá Vermut Bendito, un vermú de tipo seco elaborado con vino de airén y acompañado de diferentes botánicos que le aportan matices herbáceos así como notas a canela.