Vídeo: Así se ven desde tierra los 60 satélites de Elon Musk
Un astrónomo captura en vídeo el "tren" de satélites Starlink. La propuesta de Space X para crear una red mundial de banda ancha preocupa a los astrónomos
La semana pasada Space X, la compañía espacial de Elon Musk, puso en órbita los primeros 60 satélites Starlink de los 12.000 que tiene previsto lanzar para crear una red global de internet a alta velocidad.
Un un día después del lanzamiento el astrónomo aficionado Marco Langbroek capturó en vídeo, desde los Países Bajos, el «tren» que forman los satélites de Space X antes de que cada uno de ellos se sitúe en su posición final. Después será más difícil verlos.
24 horas después del lanzamiento Langbroek fue capaz de localizar con su telescopio el conjunto de satélites moviéndose muy juntos, en fila india. Los pequeños satélites, de 225 kilos cada uno, no son visibles a simple vista.
Un ‘tren’ de luces tenues y parpadeantes
El logro de Langbroek fue doble: por un lado localizarlos justo después del lanzamiento, cuando los satélites de Starlink todavía no aparecen en lo sistemas de seguimiento de objetos en órbita. Langbroek tuvo que deducir su posición en base a la información orbital (53 grados de inclinación, 440 km de altitud inicial.)
La observación, explica Langbroek en su blog, «comenzó con dos objetos débiles y parpadeantes que se movían en el campo de visión. Luego unas decenas de segundos más tarde el «tren» entró en el campo de visión. No pude evitar gritar y soltar algunos improperios.»
Pero además de encontrar y ver el tenue brillo de los satélites Langbroek fue capaz de capturar la vista en vídeo con una cámara de seguridad, adecuada por su alta sensibilidad a la luz.
«En los próximos días el ‘tren’ de satélites pasará dos o tres veces cada noche mientras maniobran con sus propulsores de iones para situarse en su órbita, a unos 550 kilómetros —explica Langbroek— por lo que en las próximas semanas los satélites se dispersarán.»
El coste de una internet global es «alto» para los astrónomos
El propósito de la red de satélites Starlink es ofrecer internet de banda ancha y baja latencia en todo el planeta, incluso en partes del mundo que actualmente carecen de conexión. La cobertura prevista para la infraestructura Starlink incluye desde zonas remotas a barcos en alta mar y aviones a gran altitud.
Sin embargo los astrónomos se muestra preocupados por lo que supone colocar 12.000 pequeños satélites en órbita que se irán enviando en tandas de 1.000 satélites cada año.
«Los grandes beneficios asociados a una cobertura global de internet suponen un coste para los astrónomos,» explica el astrónomo Alan Duffy en declaraciones recogidas por Science Alert. «Perdemos la posibilidad de estudiar desde la Tierra las emisiones de radio procedentes del espacio, observar el resplandor del Big Bang o la formación de estrellas.»
El creciente problema de la chatarra espacial
Más allá de las interferencias de microondas añadir 12.000 satélites a la órbita baja de la tierra supone echar combustible al creciente problema de la basura espacial.
«En la región de la órbita terrestre baja es donde se encuentra la mayor parte de la basura espacial. El proyecto de Space X supone incrementar en un 40% y en pocos años el número objetos en esa región del espacio.»
Según la Agencia Espacial Europea (ESA) en el espacio cercano a la Tierra hay unos 750.000 objetos mayores de un centímetro y 166 millones de objetos mayores de un 1 milímetro ocupando órbitas que son comercial y científicamente valiosas.
«El 95 por ciento de todo lo que hay en el espacio es basura, incluyendo restos de cohetes, satélites inservibles, herramientas perdidas por los astronautas y chatarra que se mueve diez veces más rápido que una bala, y que permanecerá ahí durante cientos de años.
Esa cantidad de objetos en órbita baja puede desencadenar el llamado efecto Kessler, que se refiere a la imposibilidad de salir de la Tierra viajar al espacio por el peligro que suponen todos esos objetos orbitando a su alrededor «y ninguna posibilidad de quitarlos de allí.»