Otro clavo en el ataúd de los influencers
Estados Unidos impuso esta semana una multa millonaria por el escándalo de Devumi, la compañía que generó 15 millones de dólares usando cuentas falsas
El negocio de los influencers no solo consiste en exprimir su imagen en las redes sociales -principalmente en Ínstagram– también tienen que gustar a sus seguidores. O, al menos, tenerlos. Con el auge de los creadores de tendencias se han destapado numerosos casos en los que habían mentido acerca del número de ‘followers’ y su procedencia. Esta semana, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) sancionó a un empresario por vender «indicadores falsos» de influencia en redes sociales, lo que ha vuelto a poner de manifiesto si se comete, en determinados casos, estafa tanto a los consumidores como a otras compañías.
En concreto, la FTC ha multado esta semana al empresario German Calas Jr., radicado en el estado de Florida, con 2,5 millones de dólares -algo más de 2,25 millones de euros- por mentir en sus redes sociales. También sancionó con una advertencia a la compañía Sunday Riley, centrada en la venta de productos cosméticos, de escribir reseñas falsas sobre ofertas de su catalógo en la web de Sephora, una de las principales cadenas de cosmética del mundo y que acumula millones de seguidores en sus redes sociales.
Lo llamativo es, sin embargo, el caso de Calas. Este ejecutivo era el consejero delegado de una compañía, Devumi, que según una investigación del New York Times publicada en 2018, también habría estado vendiendo los denominados ‘me gusta’ -criterios de ponderación de la mayoría de las redes sociales- y seguidores a determinados influencers y celebridades estadounidenses con el objetivo de ganar visibilidad.
Según explicó New York Times, «Devumi vende seguidores de Twitter y retuitea a famosos, empresas y cualquier persona que quiera parecer más popular o ejercer influencia en línea». Siguiendo la misma información, la firma de Calas Jr. habría contado con al menos 3,5 millones de cuentas vendidas una y otra vez hasta hacer un total de 200 millones de seguidores solo en la red social mencionada. Tras esta investigación, Devumi se vio obligada a cesar su actividad, pero para entonces la compañía había generado más de 15 millones de dólares -más de 13,5 millones de euros- por los falsos perfiles digitales.
Devumi llegó a un acuerdo por valor de 50.000 dólares con la Fiscalía de Nueva York. De hecho, la última multa de 2,5 millones impuesta por la FTC se anulará una vez que Calas Jr. haya abonado los primeros 250.000 dólares. No obstante, tendrá que pagar el importe total «si se descubre que tergiversó su situación financiera», según informó el regulador estadounidense.
Cuatro de cada 10 influencers españoles tiene seguidores falsos
Un 40% de los creadores de tendencias de España gana dinero gracias a cuentas falsas. Se trata de una de las conclusiones de un informe publicado a principios de septiembre por la firma Hype Auditor, que analiza datos de plataformas digitales como las redes sociales. La compañía se centró en Ínstagram, donde determinó que cuatro de cada diez influencers genera caja con acciones ilegales.
Estas consistirían en menciones a otros usuarios para participar en sorteos, contenido spam o a través de los denominados ‘pods’, grupos creados para impulsar determinados productos o acciones. Los ‘pods’ también se utilizan en otras redes como Whatsapp o Messenger -propiedad de Facebook– o Telegram.
Otra de las determinaciones del estudio de Hype Auditor concluye que cuantos más seguidores tenga una cuenta de Ínstagram, más propicia es a tener los comentarios antes mencionados. Según la firma, casi el 62% de los influencers con más de un millón de seguidores utiliza este método, mientras que solo un 30% de los usuarios que tienen entre 1.000 y 5.000 contactos hace lo mismo.