Primer fallo contra el negocio de seguidores falsos en redes sociales
La justicia de Nueva York condena a los traficantes de 'likes' y 'followers': "Cualquier persona que se aproveche del engaño está violando la ley"
Vender seguidores, likes (me gusta) y retuits falsos en las redes sociales es ilegal. Podrá parecer una anti noticia, pero la realidad es que hasta esta semana no se ha fallado la primera condena en la historia contra una empresa por comercializar interacciones fraudulentas en las redes sociales con celebridades y atletas, algo muy común también en el mundo de los influencers.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, anunció el miércoles un acuerdo sin precedentes con Devumi, una empresa que fue sujeto de una investigación de The New York Times, que reveló los detalles de una trama con la que vendió millones de likes y seguidores en redes sociales como Twitter, Youtube, Linkedin, Soundcloud y Pinterest.
A juicio de James, millones de cuentas robóticas falsas fueron utilizadas para hacer ver que las opiniones y las personas a las que seguían y daban like o retuit eran más populares de lo que en realidad son, informó CNET. Nada nuevo por aquí (esta práctica es siamesa de las redes sociales), salvo por el escenario jurídico desde el que se ratifica, que convierte el fallo en trascendental.
James golpeó su mazo y sentenció: «Los bots y otras cuentas falsas han estado corriendo desenfrenadamente en las redes sociales, a menudo robando la identidad de personas reales para llevar a cabo el fraude. Con este acuerdo, estamos enviando un mensaje claro: cualquier persona que se aproveche del engaño y la personificación está violando la ley y será responsable».
Los seguidores falsos engañan a la sociedad
El escándalo de Devumi –una de muchas empresas que se dedican al fraude en redes sociales– fue denunciado en su momento por un portavoz de Twitter, que dijo que sus tácticas «son inaceptables» y violan el reglamento de la red social. «Estamos trabajando para detenerlos a ellos y a cualquier otra empresa parecida», agregó la tecnológica.
Las cuentas falsas son uno de los grandes problemas que afrontan las redes sociales, no solo en el escenario del fraude que supone inflar la popularidad de celebridades y deportistas, sino también porque son utilizadas por actores nocivos para esparcir propaganda en los medios digitales. Twitter, Instagram y Facebook han eliminado millones y millones de perfiles falsos en los últimos años.
En julio de 2018 un estudio concluyó que uno de cada ocho influencers de Instagram compra seguidores falsos, una práctica que meses antes había sido rechazada por Unilever, el segundo mayor anunciante del mundo y la compañía más grande –hasta ahora– que ha decidido no trabajar con nadie que pague dinero para parecer más popular en las redes sociales.
Devumi, la empresa investigada en Nueva York, no solo engañó a usuarios de las redes sociales, sino también a sus propios clientes, que pensaban que estaban pagando por seguidores reales. La compañía vendió unas 250.000 interacciones en redes sociales entre 2015 y 2017, lapso en el que facturó unos 15 millones de dólares.
La firma echó el cierre en septiembre de 2018, después de que la polémica se tradujera en una caída en las ventas, y según el acuerdo al que ha llegado con la fiscal general neoyorquina nunca más puede incurrir en el mismo delito. También deberá abonar 50.000 dólares para cubrir el coste de la investigación.