La OMS prepara una app para seguir el Covid-19
La pandemia pone sobre la mesa el debate sobre si está justificado o no el uso de apps móviles para vigilar y controlar a los ciudadanos en cuarentena
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que trabaja en el desarrollo de una app propia que describe como el «Waze para el Covid-19» —la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2— «porque proporciona indicaciones y recomendaciones no para circular por carretera, sino para transitar por la enfermedad.»
La aplicación de la OMS se basa en la «decisión voluntaria» de los ciudadanos de compartir sus datos con las autoridades sanitarias, de modo que puedan obtener información sobre la evolución y ubicación de los enfermos, de sus movimientos en caso de necesidad y para detectar posibles focos de infección.
Además a través de la app de la OMS —que estará disponible «la semana que viene» e inicialmente en seis idiomas— los usuarios recibirán consejos y recomendaciones para protegerse de la infección y para autoevaluarse en caso de tener síntomas. Igual que sucede con la app de autoevaluación Covid Near You —y a diferencia de la Comunidad de Madrid— no habrá que dar datos personales, pero sí información relevante como el género, la edad y la localización para recibir indicaciones personalizadas sobre qué hacer o adónde llamar o acudir en caso de que sea necesario.
El proceso de autoevaluación se realizará a través de un chatbot, una interfaz que permite comunicarse con un ordenador mediante mensajes de texto, como en una conversación por WhatsApp. De hecho la OMS ya dispone de un chatbot en WhatsApp dedicado al Covid-19, aunque con información muy genérica y solo en idioma inglés.
Una primera versión sin seguimiento por GPS
Representantes de la OMS han confirmado a IEEE Spectrum que la primera versión de la app no tendrá la capacidad de registrar la ubicación y los movimientos de los ciudadanos para determinar con qué otras personas han tenido contacto y dónde han estado, aunque se añadirá en versiones futuras.
Lo más probable, dicen en IEEE Spectrum, es que para implementar esta función la OMS recurra al prototipo de la app Private Kit: Safe Paths desarrollada por investigadores del MIT.
La app Private Kit: Safe Paths registra de forma anónima la ubicación y movimientos del usuario de la aplicación y cruza esos datos con otras fuentes de información, incluyendo los registros de movimientos de otros usuarios que hayan dado positivo para conocer si han coincidido o tenido contacto en algún momento o lugar.
Disponer de este tipo de información es clave para atajar la propagación de una epidemia: «hasta ahora a quienes dan positivo se les pide que recuerden dónde han estado y con quien han tenido contacto, para avisarles y pedirles que se pongan en cuarentena,» dicen en IEEE Spectrum. «Pero al utilizar los registros de localización almacenados en el móvil de las personas infectadas se obtiene es información de forma más rápida y precisa.»
Seguimiento y vigilancia de los ciudadanos: ¿está justificado?
En plena crisis sanitaria algunos expertos en epidemias están pidiendo a voces que se utilicen esos datos que proporcionan los móviles para rastrear los movimientos de ciudadanos que dan positivo en la prueba del Covid-19 o que han estado en contacto con ellos, y también para comprobar que cumplen a continuación con el aislamiento y la cuarentena, respectivamente.
Es lo que pedía recientemente Marylouise McLaws, consejero de la OMS, como también pide un equipo de expertos en investigación médica y bioética de la Universidad de Oxford. Una medida que creen justificada con el fin de contener la propagación del coronavirus.
«Las medidas actuales no están funcionando lo suficientemente rápido como para impedir la transmisión del coronavirus,» dice el profesor Christophe Fraser de la Universidad de Oxford. «Necesitamos aprovechar la tecnología del siglo XXI. Nuestras investigaciones abogan por una aplicación móvil que acelere nuestra capacidad de rastrear a las personas infectadas y proporcione información vital que mantenga a las comunidades a salvo de esta pandemia».
Donde por «información vital que mantenga a las comunidades a salvo» subyace la idea de someter a los ciudadanos confinados al control del cumplimiento de la cuarentena, como han hecho antes China o Corea del Sur, o más recientemente Polonia: desde el viernes pasado los ciudadanos polacos tienen «dos opciones: recibir visitas sorpresa de la policía» para comprobar que cumplen la cuarentena o descargar una app que utiliza el GPS del móvil y el recogimiento facial para que las autoridades puedan comprobar que los ciudadanos cumplen el confinamiento decretado por el gobierno.
En oposición a esta postura, «las tecnologías de vigilancia masiva no pueden ser el atajo que sustituya las responsabilidades de un gobierno democrático, que es cuidar a sus ciudadanos antes de castigarlos,» escribe Marta Peirano. «No dejemos que la vigilancia masiva se instale en la administración. Incluso si las cifras de China son ciertas y su sistema de control ciudadano funciona, una vez se haya instalado en nuestras vidas como herramienta de gobierno no tenemos anticuerpos para repeler sus efectos secundarios.»