Estrellas infantiles de Youtube: «Si ganas dinero no es un juego»
Los "kidfluencers" generan millones cada año en Instagram y Youtube, pero las plataformas se desentienden de cómo se gestionan las ganancias de los menores
La estrella de Youtube que más dinero ingresó en 2018 fue Ryan, un niño de 7 años que hace reseñas de juguetes y que el año pasado ganó casi 20 millones de euros. El año anterior, 2017, ya había ganado casi 10 millones por su popular canal en la plataforma de vídeos, un éxito sin precedentes para un usuario que se registró apenas en julio de 2015.
Sus padres suelen estar detrás de las cámaras y fueron ellos quienes abrieron su cuenta de Youtube, que no permite usuarios de menos de 13 años. Después de ver que Ryan era fan de los vídeos de reseñas de juguetes, y de que él les preguntara si también podía publicar sus propias reseñas, sus padres le auparon para convertirse en una estrella.
Los niños youtubers e influencers –o «kidfluencers«, como les dicen en la lengua más versátil del mundo occidental– se están convirtiendo en los nuevos «niños actores». Pero plataformas como Youtube e Instagram –algunas de las favoritas de los «kidfluencers»– no aplican la legislación que protege a los menores de edad que trabajan en la industria del entretenimiento.
Las estrellas infantiles de la actualidad pueden alcanzar niveles increíbles de fama y fortuna sin poner pie en un estudio de Hollywood, pero se están quedando fuera del alcance de las fuertes leyes de trabajo infantil que se imponen en la industria del entretenimiento de California, pese a que tanto Youtube como Facebook –matriz de Instagram– tienen sus sedes allí.
En España uno de los niños más populares de internet es Mikel, cuyo canal de Youtube (Mikeltube) tiene 3,6 millones de suscriptores y sus vídeos más de 2.000 millones de reproducciones. Mikel tiene 8 años y en sus vídeos también aparece su hermano Leo, de 4 años; hacen reseñas de juguetes y videojuegos, entre otras cosas.
La ley que ampara a los niños actores aún no protege a estrellas de Youtube o Instagram
Un reportaje de The Guardian sobre los vacíos legales que pueden afectar a los niños influencers o youtubers explica que los menores de edad están entre las mayores estrellas de estas plataformas y generan millones con anuncios y a través de acuerdos con marcas del programa de socios de estas empresas. Pero las leyes contra la explotación infantil no parecen preocupar a nadie.
El mismo diario británico es el que, después de analizar la situación y entrevistar a expertos y protagonistas de esta problemática, ha calificado estas plataformas como «los Uber del trabajo infantil», queriendo explicar que durante años el trabajo de Uber se enmarcó en la «economía colaborativa» y no en el trabajo tradicional, que es la forma en la que se ve y se intenta regular en la actualidad.
Expertos legales y ex actores infantiles se están manifestando crecientemente para presionar a las tecnológicas y a los padres de los «kidfluencers» a aplicar las leyes vigentes a este nuevo paradigma de trabajo. «No es un juego cuando estás ganando dinero», comentó Sheila James Kuehl, una de las actrices que ayudó a dar forma a una ley de 1999 que reguló el trabajo infantil en el entretenimiento de Hollywood.
«Es momento de revisar las formas en las que los padres y otros adultos están ganando dinero gracias al trabajo de menores. La ley necesita adaptarse y actualizarse a la tecnología», dijo Kuehl. La ley de 1999 dice que los padres deben las ganancias de sus hijos para cuando sean mayores de 21 años, pero fue redactada cuando el concepto de «kidfluencer» era incocebible.
Así las cosas, nada obliga a los padres de estrellas de Youtube o Instagram a guardar dinero para su futuro. Todo su dinero, no solo un porcentaje, como dice la ley que ampara a los niños estrella en Hollywood. Esto es más peligroso si se piensa que los menores de 13 años no pueden tener cuentas en las redes sociales, por lo que los canales que generan dinero son administrados por adultos.
Ni Youtube ni Instagram tienen normas para obligar a los padres a resguardar las ganancias de los menores de 13 años. Y aunque ambas empresas dijeron a The Guardian que estaban trabajando en este sentido, se espera que hasta que no haya un caso legal muy sonado la situación de los «kidfluencers» seguirá remando sobre un mar de incertidumbre, probablemente haciendo millonarios a algunos padres de familia.