Google dedica más dinero a pagar multas que a pagar impuestos
Google crea un apartado en su informe de resultados para contar los gastos asociados a las multas que le impone la UE, que en 2018 fueron de 4.500 millones
En su informe de resultados del cuarto trimestre y el año fiscal 2018, Alphabet se ha tomado el tiempo de crear un nuevo apartado para dar constancia a los inversores del coste asumido por las multas que recibidas en la Unión Europea (UE) en los últimos años. En una subsección del recuento de costes y gastos, llamada «Multas de la Comisión Europea», la matriz de Google avisa que las sanciones en la zona euro casi se duplicaron entre 2017 y 2018.
La tecnológica pagó 2.736 millones de dólares (2.428 millones de euros) en multas en 2017. En 2018, la factura incrementó un 85%, hasta los 5.071 millones de dólares (4.500 millones de euros). De los cinco elementos enlistados en el apartado de gastos, las multas en la UE son las menos representativas, dado que los costes totales para la empresa en 2017 fueron de 84.709 millones de dólares, y en 2018 de 110.498 millones.
Lo interesante es que Google ya dedica más dinero a pagar multas que a pagar impuestos, que en 2018 tuvieron un importe de 4.200 millones de dólares (3.727 millones de euros), un descenso significativo comparado con los 14.531 millones de dólares (12.894 millones de euros) de 2017. Los elevados impuestos de 2017 responden a un reacomodo fiscal de las grandes empresas estadounidenses, que provocó un pago adicional único.
Lobby y multas: la receta Google
Después de varios años de conflicto en los tribunales, la UE impuso a Google su primera multa antimonopolio en junio de 2017, cuando le obligó a pagar los casi 2.500 millones de euros antes mencionados. Un año después, la tecnológica fue objeto de la mayor multa impuesta por la Comisión Europea a una compañía por comportamiento anticompetitivo, de 4.500 millones.
La primera multa fue por favorecer Google Shopping frente a otros competidores en el mercado de las compras en internet, mientras que la segunda tiene que ver con el sistema operativo Android –desarrollado por la tecnológica–, al entender la Comisión que Google obliga a los fabricantes a instalar apps de su universo como el buscador o el navegador Chrome, lo que supone una actuación monopolista.
Este año no parece que las infracciones contra Google vayan a cesar. En enero, Francia impuso una multa de 50 millones a Alphabet por «la gravedad de las infracciones observadas en relación a los principios esenciales» del Reglamento General de Protección de Datos de la UE. El fallo responde a una demanda colectiva de un grupo de activistas. La tecnológica avisó que apelará (de igual manera que ha hecho con las otras multas).
A esta primera multa de 2019 habrá que agregar, posiblemente, otra impuesta por el Tribunal de Gran Instancia de París esta semana, que condenó a Google a pagar una multa de 30.000 euros a la asociación de consumidores UFC-Que Choisir, que denunció que sus condiciones generales de utilización contenían cláusulas abusivas.
Adicionalmente Google ha activado su lobbying en la UE para intentar frenar la reforma de la Ley de Copyright, cuyos artículos 11 y 13 podrían terminar por sepultar su negocio en la región, o al menos causar suficiente daño como para obligarle a cambiar algunos elementos de su modelo de negocio. La tecnológica fue la compañía de su tipo que más dinero gastó en lobby en 2018.
Pese a ello la salud financiera de Alphabet es innegable: la compañía informó de que los ingresos del cuarto trimestre de 2018 aumentaron un 22%, hasta los hasta casi 35.000 millones de euros, mientras que los ingresos anuales aumentaron un 23% hasta casi 122.000 millones.