Apple y Facebook, duelo a garrotazos
Apple y Facebook se metieron en el barro en marzo de 2018, con el escándalo de Cambridge Analytica. Desde entonces mantienen un goyesco duelo a garrotazos
Una semana después de que Tim Cook criticara a Facebook (sin mencionarlo) durante la inauguración del curso universitario en Stanford, Nick Clegg, directivo de Facebook, le ha devuelto el golpe a Apple.
En declaraciones recientes Clegg ha comparado su producto, Facebook, que es «gratis y para todos» con el modelo de negocio de «otras grandes tecnológicas que ganan dinero vendiendo hardware caro o servicios de suscripción, y en algunos casos ambas cosas, a consumidores de las economías desarrolladas y más ricas. Son un club exclusivo, disponible sólo para consumidores que pueden pagar hardware y servicios de alto valor».
En su discurso de hace una semana Tim Cook lamentó que, de un tiempo a esta parte, las tecnológicas de Silicon Valley son actualmente conocidas «por el invento poco noble de creer que se puede reivindicar el mérito sin aceptar la responsabilidad por el caos que crean.»
Cook habló también sobre las fugas de datos personales, de la vulneración de la intimidad, y de compañías que «hacen la vista gorda» ante los discursos que incitan al odio y que contribuyen a difundir bulos y noticias falsas que «envenenan la conversación».
Se dice el pecado pero no el pecador
Las indirectas veladas entre Apple y Facebook, y entre Facebook y Apple, sin mencionarse directamente, son una constante desde hace algo más de un año. Desde que Tim Cook criticó a Facebook por el escándalo de Cambridge Analytica, lo que llevó a Zuckerberg a vetar los iPhone en Facebook en favor de los móviles Android.
Después Apple retiró las apps internas de Facebook de su App Store para dejar claro quien ostenta el poder en el sector tecnológico, e inició su particular cruzada a favor de la privacidad de los usuarios o en contra del modelo de negocio de Facebook, que según Tim Cook se basa en «traficar con datos personales.»
Desde entonces directivos de ambas compañías mantienen un duelo a garrotazos que traspasa los límites de la tradicional y sana competencia, y que mantiene a los espectadores del sector tecnológico tan entretenidos como avergonzados.