Nueve de cada diez millennials sacrificarían llamadas por más datos
La falta de tiempo y las llamadas indeseables provocan que los millennials prefieran comunicarse por cualquier otro medio antes que hablar por teléfono
Ante la pregunta: «¿Preferirías tener un plan ilimitado de datos que uno de llamadas y mensajes de texto?», el 88% de los millennials respondieron que sí. Ese es el nivel al que llega el odio de los jóvenes a las llamadas telefónicas: no es que cualquier otra cosa es mejor, es que nada el teléfono ya ni siquiera es una opción.
Una nueva encuesta del portal de ventas de gadgets Bankmycell.com entrevistó a más de 1.200 ciudadanos de EEUU con edades entre los 22 y los 37 años, por lo que todos pueden catalogarse como miembros de la generación del milenio, esa que nunca sale de casa sin el móvil pero que detesta la histórica función principal de ese aparato.
Los autores del estudio se refieren a esta como la «generación del silencio«, en alusión a las personas que crecieron en la era digital y que adoptaron formas alternativas de comunicación que causaron una caída en las llamadas de voz. Antes de llamar por teléfono, será mejor contactarles por Whatsapp, Facebook Messenger o Snapchat.
Las llamadas consumen mucho tiempo, según los millennials
Los resultados sugieren que las personas jóvenes prefieren una forma de comunicación rápida y basada en resultados que se ajuste a sus horarios. El 75% de los consultados evita el teléfono porque las llamadas «consumen mucho tiempo», mietras que el 64% eluden llamadas de personas quejumbrosas o necesitadas.
Otras razones por las que los millennials declaran la guerra a las llamadas son para no recibir invitaciones a eventos a los que no quieren ir (el 55%), porque quien llama quiere pedir un favor (el 49%), porque de seguro habrá confrontación verbal (el 46%) y porque no quieren que otros les escuchen durante sus llamadas (el 41%).
Las excusas más comunes para no contestar el teléfono son «no escuché el teléfono» (el 63%), «tenía mala señal» (el 12%), «estaba en una reunión» (el 9%), «estaba manejando» (el 6%), «no podía encontrar mi móvil» (el 5%), «mi móvil se dañó» (el 4%) y «no reconocí el número» (el 1%).
Lo menos probable es que ignoren las llamadas de sus parejas sentimentales (el 11%), mientras que no parecen tener problema evitando las conversaciones telefónicas con amigos (el 29%), familiares (el 25%), compañeros de trabajo (el 21%) y el jefe (el 14%).
El estudio concluye que «las llamadas son presuntuosas, requieren mucho tiempo y suelen ser disruptivas», pero las generaciones Y y Z deberían «apreciar los beneficios mentales de desarrollar estas habilidades de comunicación básicas cuando sea necesario», especialmente porque el 81% siente que tiene que buscar el coraje para hacer una llamada.