La potencial sucesora de Tim Cook dimite y arrecian las dudas en Apple
Apple anuncia la salida de Angela Ahrendts, vicepresidenta senior de retail y responsable de la transformación de sus tiendas en los últimos cinco años
La renuncia de la vicepresidenta senior de retail de Apple, Angela Ahrendts, ha provocado grandes incógnitas dentro y fuera de la compañía. ¿Por qué se marcha? ¿Fue su labor de revolución de las tiendas Apple exitosa o un fracaso? ¿Cómo se analiza que la cúpula pierda una de sus ejecutivas más importantes en medio de una crisis de ventas de iPhone?
Apple anunció el 5 de febrero que Ahrendts dejará en abril la compañía tras cinco años de servicio. La responsable de las Apple Store aceptó el puesto en 2013, después de desempeñar como directora general de Burberry desde 2006. Y en el imaginario de los analistas y seguidores del fabricante del iPhone, era una clara sucesora del consejero delegado Tim Cook.
Los rumores de que era candidata a relevar a Cook como CEO de Apple no acallaron durante sus cinco años al frente de las tiendas de la tecnológica. Su relevancia en la ejecutiva era innegable: la compañía le pagó 170 millones de dólares (unos 150 millones de euros) por su labor durante el último lustro, tras suceder en el puesto a un ejecutivo que duró apenas siete meses.
Los inversores no tienen forma de responder a las dudas que suscitan tras la salida de Ahrendts. Entre 2013 y 2018, Apple agregó varias docenas de tiendas y renovó muchas más, pero la compañía dejó de desglosar las ventas y la rentabilidad de las Apple Stores hace años, por lo que es imposible conocer su rendimiento, informó Reuters.
Entrando en terreno de la especulación, si la tradición de Apple de no hacer públicas cifras de resultados de ciertos productos o divisiones de la empresa antes de que se conozca el fracaso de los mismos (como sucedió en meses recientes con el iPhone), la negativa de publicar los resultados de sus tiendas podría explicar la salida de quien se ha encargado del retail.
La versión de la cúpula de Apple
El comunicado de la cúpula de Apple de esta semana fue sutil y ambiguo. El título era: «Apple nombra a Deirdre O’Brien vicepresidente senior de retail». Y, en el subtítulo, la información de la que se hizo eco la mayor parte de la prensa: «Angela Ahrendts planea su salida en abril después de cinco años exitosos».
En una carta enviada a los empleados de Apple, Cook dijo: «Después de cinco años liderando las tiendas físicas y on line de Apple, Angela Ahrendts planea dejar Apple en abril buscando nuevos objetivos personales y profesionales».
«Angela ha inspirado y llenado de energía a nuestros equipos con la visión de unas tiendas como un lugar donde lo mejor de Apple se une para servir a clientes y comunidades. Durante su mandato, la experiencia en tienda se ha redefinido con programas como Today at Apple y nuestra relación con los clientes es más fuerte que nunca», agregó el CEO.
Ahrendts, por su parte, manifestó que se marcha de Apple porque echa de menos a su familia, que se encuentra en Londres, y la moda, que fue el sector en el que se dio a conocer antes de llegar a la tecnológica. «He amado la moda durante 40 años», dijo a la revista Vogue, y «hay cosas de la industria de la moda que echo de menos».
Las declaraciones de Cook y Ahrendts llevan a pensar que, de pronto, este cambio en la cúpula de Apple no responde a la crisis que vive la compañía, sino a un genuino interés de la vicepresidenta de retail de recuperar la vida que dejó atrás cuando Cook le convenció de integrarse a la tecnológica.
Pero los inversores necesitan cifras y datos contundentes, y Apple se esmera en no darles lo que quieren, dejando campo a todo tipo de interpretaciones sobre el presente y el futuro de una de las compañías más poderosas del mundo.