El truco para cambiar la etiqueta B de un coche a la C y que la DGT no quiere desvelar

La clasificación de coches mediante etiquetas ambientales es una medida que busca fomentar un transporte más respetuoso con el medio ambiente y que se ha convertido en una herramienta clave para las políticas municipales.

Este sistema permite restringir el tráfico en episodios de alta contaminación, además de promover tecnologías más limpias. En ciudades con más de 50.000 habitantes, el distintivo ambiental ya se utiliza para limitar la circulación, prohibiendo el acceso a vehículos sin distintivo.

Pese a que la obtención y colocación de este distintivo es voluntario, es necesario adherir la pegatina en el ángulo inferior derecho del parabrisas para cumplir con la normativa.

La importancia de estas etiquetas está en aumento, especialmente con la expansión de las zonas de bajas emisiones (ZBE) en los próximos años, que condicionarán la circulación y el estacionamiento según el distintivo del vehículo.

Actualmente, las restricciones de circulación ya es una realidad en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, y se intensificarán en los próximos años.

A partir de 2026, los vehículos con etiqueta B, correspondientes a gasolina matriculados desde enero de 2001 y diésel desde enero de 2006, tendrán prohibido circular en estas áreas. No obstante, aquí no acaba el asunto para los propietarios de estos coches, ya que aún tienen opciones.

Las etiquetas según la matriculación

Para elaborar la clasificación de pegatinas, la Dirección General de Tráfico utilizó el criterio de la fecha de matriculación y no las emisiones reales de CO2, como establece la normativa europea. En ese sentido, la división quedó de la siguiente manera:

• Sin etiquetas: gasolina anteriores a 2001 y diésel anteriores a 2006

• Etiqueta B: gasolina a partir de enero 2001 y diésel enero 2006

• Etiqueta C: gasolina a partir de enero 2006 y diésel septiembre 2015

• Etiqueta Eco: híbridos no enchufables y coches de gas como GNC o GLP

• Etiqueta Cero: eléctricos e híbridos enchufables con más de 40 km de autonomía

En ese sentido, muchos vehículos recibieron la etiqueta B en lugar de una C, o incluso quedando sin distintivo.

El truco para obtener el distintivo B

Esto dio lugar a un movimiento por parte de los conductores, que presionaron para que la DGT reconociera que se trataba de un error y permitiera las correcciones en la clasificación, tomando en cuenta las emisiones. Si bien lo aceptaron, el proceso de rectificación recae sobre los propietarios, quienes deben asumir un coste que puede alcanzar los 150 euros.

Algo más sencillo habría sido que la DGT aplicara criterios basados en las emisiones reales de los vehículos, fácilmente accesibles en sus fichas técnicas. Habría bastado con evaluar las normas Euro que cada coche cumple según sus emisiones efectivas. A continuación, la clasificación según ello:

• Etiqueta C: los diésel deben cumplir con la norma Euro VI y los de gasolina con las normas Euro IV, V y VI.

• Etiqueta B: diésel que cumplen con la Euro IV y V, y gasolina con la norma Euro III

• Sin etiquetas: el 50% del parque nacional, unos 16 millones de vehículos quedarían fuera de los grupos, según recoge As.

Hoy en día, un gran número de conductores ha iniciado el trámite de la DGT para mejorar la etiqueta ambiental de sus vehículos. Este proceso requiere que el propietario solicite un certificado de emisiones al fabricante a través de uno de sus concesionarios.

El trámite implica un coste que oscila entre 100 y 150 euros. Una vez obtenido el certificado, es necesario acudir a una Jefatura de Tráfico para actualizar los datos en el Registro de Vehículos, lo que conlleva un gasto adicional de 8.67 euros.