¿Por qué cambiamos la hora? La respuesta te sorprenderá
Aún queda más de un mes para que la hora cambie. Será la madrugada del 27 de octubre cuando tengamos que mover las manecillas del reloj, una práctica que se realiza dos veces por año, en marzo y octubre, y que lleva instaurada en nuestro país desde 1918.
El concepto de cambiar la hora para aprovechar mejor la luz del día se remonta a 1784, cuando se sugirió por primera vez la idea en un ensayo humorístico.
Sin embargo, no fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando se implementó de manera generalizada en varios países europeos, incluyendo España. La razón principal fue el ahorro de carbón y otros recursos energéticos, que eran escasos durante la guerra. Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, el cambio de hora volvió a imponerse por las mismas razones.
En España, el cambio de hora fue adoptado de manera permanente en 1974, durante la crisis del petróleo, con el objetivo de reducir el consumo energético. Desde entonces, el país ha seguido cambiando sus relojes dos veces al año: una vez en primavera, para pasar al horario de verano, y otra en otoño, para volver al horario de invierno.
El principal motivo del cambio de hora
La razón principal para el cambio de hora es el ahorro de energía. Al adelantar los relojes una hora en primavera, se consigue que anochezca más tarde, lo que permite aprovechar mejor las horas de luz natural durante la tarde y reducir el uso de iluminación artificial. Este ahorro energético era especialmente relevante en épocas donde la eficiencia energética no era tan alta como en la actualidad.
En un país como España, donde las horas de sol varían considerablemente a lo largo del año, el cambio de hora también tiene un impacto positivo en la vida social y económica. Al contar con más horas de luz durante la tarde, las personas pueden disfrutar de más tiempo al aire libre, lo que impulsa actividades recreativas y comerciales, especialmente en sectores como la hostelería y el turismo.
No obstante, el cambio de hora no gusta a todos. Diversos estudios han señalado que puede tener efectos negativos sobre la salud, como alteraciones en el sueño, el aumento del estrés y la disminución de la productividad. Estas alteraciones son el resultado de la interrupción del ritmo circadiano, el «reloj interno» del cuerpo, que se ve afectado por el cambio brusco de hora.
De hecho, la Unión Europea ha considerado la posibilidad de eliminar el cambio de hora, permitiendo a cada país decidir si mantenerse en el horario de verano o en el de invierno de manera permanente. Sin embargo, la decisión final aún no se ha implementado, y el debate sigue abierto.