Solicita días libres para preparar la grave operación de su hijo y es despedida: la empresa pagará 18.000 euros

El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura declara nulo el despido y concede una indemnización por los daños emocionales sufridos

Fachada exterior de un supermercado de Lidl

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El caso de Tamara, trabajadora de la cadena de supermercados Lidl, ha dado lugar a una importante sentencia judicial que ha puesto de manifiesto la vulneración de derechos laborales en situaciones de grave emergencia familiar.

La mujer, que llevaba más de 13 años trabajando en la empresa como Adjunto Responsable de Tienda, solicitó unos días libres para poder atender a la operación urgente de su hijo, quien sufría una cardiopatía severa. Sin embargo, en lugar de recibir apoyo, se vio sorprendida por un despido disciplinario que la empresa alegó estar basado en desobediencia en el trabajo.

La grave situación familiar de Tamara

El año 2017 no fue fácil para Tamara, quien, además de enfrentarse a la pérdida de su padre en marzo de ese año, tuvo que lidiar con la noticia de que su hijo pequeño sufría una patología cardíaca congénita compleja. Esta enfermedad, que afectaba tanto a su hijo como a su hija, requería intervención quirúrgica urgente, lo que hizo que Tamara solicitara un adelanto de sus vacaciones en abril de 2017 para poder atender la situación médica de su hijo. La operación, que originalmente no era inminente, pasó a ser urgente cuando los médicos determinaron que el estado del menor había empeorado significativamente.

La solicitud de días libres y la respuesta de la empresa

Cuando Tamara recibió la noticia de que su hijo iba a ser incluido en la lista de espera para una cirugía urgente, no dudó en comunicarlo a su jefe inmediato y a la empresa. La trabajadora pidió algunos días libres para poder acompañar a su hijo a las consultas médicas y asistir a la operación, confiando en que la empresa comprendería la gravedad de la situación. Sin embargo, Lidl no reaccionó como ella esperaba. Al contrario, en una actitud que la trabajadora consideró injusta, fue despedida de forma disciplinaria el 19 de mayo de 2017, bajo la acusación de desobediencia en el trabajo.

El motivo que alegó la empresa para justificar su decisión fue el incumplimiento de varias normas internas, como el control de mermas o la gestión de la recaudación, cuestiones que no habían sido sancionadas previamente y que, según testigos, eran prácticas habituales en el centro de trabajo. El despido llegó en un momento en que Tamara atravesaba una de las peores situaciones personales, lo que hizo aún más dolorosa la noticia.

La sentencia judicial: indemnización por daños morales

El conflicto legal fue llevado ante los tribunales, donde se demostró que el despido de Tamara había sido injustificado y, más aún, discriminatorio. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura revocó parcialmente la sentencia del Juzgado de lo Social de Cáceres y dictaminó que el despido era nulo, dado que vulneraba su derecho a la indemnidad.

En su fallo, el tribunal destacó que la trabajadora había sido despedida inmediatamente después de solicitar días libres para atender a la situación de su hijo, lo que constituía una clara vulneración de sus derechos laborales. El tribunal reconoció que Tamara había sido víctima de un trato injusto y discriminatorio por parte de la empresa, que no tuvo en cuenta las graves circunstancias familiares que atravesaba.

Además, se concedió a Tamara una indemnización de 18.000 euros por los daños morales sufridos durante este proceso. Esta cantidad, según el tribunal, servirá para compensar a la trabajadora por el estrés y sufrimiento emocional causados por el despido y por la carga psicológica adicional que supuso el tener que enfrentarse a una crisis laboral mientras atendía a su hijo en una situación de grave enfermedad.

Un caso que pone en evidencia la importancia de los derechos laborales en situaciones extremas

Este caso ha sido un claro ejemplo de cómo las empresas deben proteger los derechos de sus empleados, especialmente en circunstancias tan difíciles como las que vivió Tamara. En situaciones de emergencia familiar, como enfermedades graves o fallecimientos de seres queridos, es crucial que los empleadores muestren empatía y ofrezcan el apoyo necesario para que sus trabajadores puedan hacer frente a estos desafíos personales.

Afortunadamente, la justicia ha reconocido que Tamara fue tratada de forma injusta, pero esta decisión también sirve como recordatorio para las empresas de que no se deben vulnerar los derechos laborales de los trabajadores, incluso en casos que puedan parecer conflictivos. Las acciones disciplinarias deben ser siempre proporcionales y tener en cuenta las circunstancias personales y familiares de los empleados.

Lecciones aprendidas y reflexiones finales

Este fallo judicial subraya la importancia de que las relaciones laborales se basen en principios de respeto mutuo y solidaridad. En situaciones de emergencia, es fundamental que los empleados puedan contar con el respaldo de sus empleadores, y que cualquier acción disciplinaria se lleve a cabo de manera justa y proporcionada. Además, este caso pone de relieve la necesidad de que las empresas revisen y ajusten sus políticas internas para asegurarse de que no haya lugar para la discriminación o la desprotección en circunstancias excepcionales.

El despido de Tamara no solo se trató de una injusticia hacia ella, sino también de una lección para todas las partes involucradas sobre la humanidad y la ética que deben prevalecer en el ámbito laboral.

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Alba Carbajal

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