Este es el nuevo diagnóstico de la AEMET sobre el tiempo en las próximas semanas: «lo peor está por llegar»
La Agencia Estatal de Meteorología anticipa un panorama inestable en las próximas semanas, con lluvias y temperaturas por debajo de lo habitual
Varias personas caminan bajo la lluvia. Foto: Álvaro Ballesteros / Europa Press.
La primavera ha comenzado con sobresaltos, y todo indica que el tiempo seguirá dando que hablar. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha lanzado una advertencia que no dejará indiferente a nadie: las próximas semanas estarán marcadas por un aumento de las lluvias y una bajada de temperaturas, especialmente en el norte y oeste peninsular. Si bien muchos esperaban un alivio tras una Semana Santa pasada por agua, el nuevo diagnóstico meteorológico es claro: la inestabilidad continuará y podría ir a más.
Una Semana Santa marcada por la borrasca Olivier
Los primeros días de la Semana Santa ya han estado dominados por cielos grises y paraguas abiertos. La borrasca Olivier ha hecho su aparición con fuerza, dejando lluvias en amplias zonas del país. Las temperaturas también han descendido de forma notable, recordando más al invierno que a una primavera avanzada. Aunque comunidades como Andalucía, Murcia o el sur de la Comunidad Valenciana han esquivado en parte los chaparrones, el resto de España ha tenido que modificar planes turísticos y de ocio al aire libre.
La AEMET y otros servicios meteorológicos coinciden en que esta situación no es puntual. Si bien existe cierta incertidumbre sobre el tiempo en el tramo final de la Semana Santa, especialmente en Jueves y Viernes Santo, el verdadero foco está puesto en lo que viene después, y las noticias no son alentadoras.
Del 21 al 27 de abril: más lluvia de lo habitual y temperaturas frescas
La semana posterior al Domingo de Resurrección se perfila como una continuación del actual panorama meteorológico. Según los modelos más recientes, la AEMET señala que entre el 21 y el 27 de abril se espera un incremento de las precipitaciones en buena parte del norte y oeste peninsular, afectando a regiones como Galicia, Asturias, Castilla y León y zonas de Extremadura.
Lo que preocupa especialmente a los expertos es que, para ser ya finales de abril, las temperaturas seguirán sin repuntar como sería habitual. “Frío relativo” es el término que se está utilizando, ya que los termómetros podrían mantenerse por debajo de la media para esta época del año, lo que supondría un nuevo golpe para sectores como la agricultura o el turismo rural.
Una previsión aún incierta, pero con signos de cambio
Mirando un poco más lejos, la semana del 28 de abril al 4 de mayo presenta aún muchas incógnitas. No obstante, la AEMET ha comenzado a perfilar un posible escenario basado en los datos actuales. Se espera un leve ascenso de temperaturas en prácticamente todo el país, lo que supondría un pequeño respiro tras el frescor de las semanas previas.
Eso sí, no hay una previsión clara sobre las lluvias, lo que mantiene en vilo tanto a los ciudadanos como a los sectores económicos más sensibles al clima. Las predicciones de medio y largo plazo siempre conllevan un margen de error, pero el mensaje que deja la agencia meteorológica es claro: la estabilidad atmosférica tardará en llegar.
Consecuencias en sectores clave y en la vida cotidiana
La prolongación de este tiempo inestable tiene implicaciones directas en múltiples ámbitos. Para los agricultores, por ejemplo, la combinación de lluvias persistentes y temperaturas más bajas puede afectar tanto a las cosechas como al ritmo de crecimiento de muchos cultivos. Asimismo, el turismo y la hostelería, que contaban con una Semana Santa de sol para impulsar la temporada, han tenido que adaptarse sobre la marcha.
A nivel ciudadano, los planes al aire libre han quedado en pausa para miles de familias que esperaban aprovechar estos días festivos para hacer excursiones o viajar. Incluso actividades tan simples como sacar a pasear al perro o hacer deporte en el parque han tenido que modificarse ante la amenaza constante de chubascos.
¿Una primavera inusual o parte de una nueva tendencia?
La prolongada inestabilidad meteorológica abre un debate mayor: ¿estamos ante un caso aislado o frente a una nueva normalidad? Desde la AEMET no descartan que este tipo de primaveras, marcadas por contrastes intensos y cambios bruscos de temperatura, se conviertan en algo habitual como consecuencia del cambio climático.
Los expertos coinciden en que los patrones climáticos tradicionales están cambiando. Lo que antes era una primavera templada y progresiva, ahora parece alternar entre extremos: semanas casi veraniegas seguidas de temporales intensos. Y lo que está claro, al menos por ahora, es que “lo peor está por llegar”, tal y como alerta el último informe de la agencia.
En definitiva, la AEMET pone en guardia a la población ante un mes de abril que promete ser todo menos predecible. Entre lluvias que se resisten a cesar y temperaturas que no despegan, la primavera está dejando claro que este año no piensa ajustarse al calendario. A quienes aún soñaban con terrazas, sol y escapadas al campo… les tocará seguir mirando al cielo.