Monedas de oro: ¿cuánto cuestan y qué impuestos se aplican?
La compraventa de monedas de oro depende de distintos factores, como el valor del metal precioso o su valor de colección
Objetos heredados como una joya familiar, una pieza antigua de colección o un recuerdo de un ser querido pueden incluir una moneda de oro. No es raro encontrar este tipo de piezas en casa, y quienes las tienen a menudo se preguntan cuál es su valor en el mercado.
Al pensar en comprar o vender una moneda de oro, es importante considerar su valor, pero también tener en cuenta los aspectos fiscales que implica su transacción.
Generalmente, hay dos valores para las monedas de oro: el del propio del metal precioso y el numismático (coleccionismo) de la pieza, según explica el blog de CaixaBank.
El valor del oro
Toda moneda de oro posee un valor intrínseco basado en la cantidad de metal precioso que contiene, un valor que varía según la cotización del mercado. Sin embargo, la variable del precio del oro influye mucho más en ciertas piezas que en otras.
En el caso de las monedas bullion, por ejemplo, su precio depende principalmente del valor del oro en el mercado. Estas monedas, generalmente recientes, se acuñan con fines de inversión y no como de curso legal.
Por otro lado, las piezas antiguas y raras pueden ver su valor mucho más influenciado por su relevancia numismática que por el precio del oro. En estos casos, la cotización del oro juega un papel secundario.
Además, factores como el peso y el quilataje son clave para determinar la cantidad de oro que posee cada pieza, lo que afecta directamente en su valor.
Valor de colección o numismático
La tasación de una pieza de oro en este ámbito depende de varios factores, como su antigüedad, rareza y conservación. Así, no es lo mismo una moneda de 25 pesetas de Alfonso XII que un centén segoviano de 1609, del que solo existen cuatro ejemplares conocidos.
Además, el precio de una pieza puede verse afectado por su estado de conservación. Por ejemplo, una pieza que haya sido engarzada o sometida a un proceso de limpieza inadecuado podría perder gran parte de su valor numismático.
¿Qué impuestos se aplican sobre este oro?
1. Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
Hay un régimen específico del IVA para el oro que se extiende también a las monedas de inversión, lo que supone que su compraventa estará exenta del pago de este impuesto siempre que las monedas cumplan con unas características especiales:
- Si son de ley igual o superior a 900 milésimas
- Si fueron acuñadas con posterioridad al año 1800
- Si son o han sido monedas de curso legal en su país de origen
- Si son comercializadas habitualmente por un precio no superior en un 80% al valor del mercado del oro contenido en ellas
No es necesario hacer cálculos u operaciones complejas para ver si hay exención o no. Lo único que se debe hacer es comprobar si tu pieza se encuentra en la relación de monedas exentas que publica la Unión Europea antes del 1 de diciembre cada año. Esta lista es válida tanto para el año siguiente como para los años sucesivos si no se actualiza.
La compraventa de las piezas de oro que no cumplen estas características deberá gravarse con el 21% de IVA, similar a lo que pasa con la de otros metales como la plata.
2. IRPF
Las transacciones de monedas de oro están sujeta a tributación por el IRPF, lo que implica que debe ser incluida en la declaración de la renta.
Esta operación se incorpora a la base imponible del ahorro, de manera similar a lo que ocurre con la venta de acciones, fondos de inversión o propiedades. En este caso, lo relevante es la ganancia o pérdida patrimonial generada por la transacción.
3. Impuesto de sucesiones y donaciones
Al heredar monedas de oro, es necesario tener en cuenta su declaración y la liquidación del impuesto de sucesiones y donaciones, tal como ocurre con otros bienes heredados, como acciones o el dinero de una cuenta bancaria.
Si las piezas de oro heredadas se venden más tarde, la ganancia o pérdida patrimonial resultante de la venta debe incluirse en la base imponible del ahorro en la declaración de la renta.
El precio de adquisición será el valor declarado y liquidado en el impuesto de sucesiones al aceptar la herencia, sumando los gastos y tributos que el heredero haya pagado por la adquisición de las monedas.