Los errores más recordados de los niños de San Ildefonso en la lotería: «pero niña, ¿qué has cantado?»
La Lotería de Navidad tiene como protagonistas a estos niños, quienes se encargan de cantar desde la pedrea hasta el ansiado Gordo
La magia de la Lotería de Navidad reside en su capacidad para unir a miles de personas en torno a un evento lleno de emoción y esperanza.
Desde las primeras horas de la mañana, todos los participantes comparten el anhelo de escuchar sus números a través de las voces de los niños de San Ildefonso, un sonido que se ha convertido en el símbolo de las fechas navideñas.
En este sorteo, estos niños juegan un papel protagonista y entrañable. Su voz infantil, entonada con ritmo y un toque personal, confiere al juego un carácter único.
El cuidado con el que extraen las bolas, el canto de los números y la entrega del Gordo son momentos que resuenan en la memoria de todos los españoles. A pesar de la solemnidad del evento, la espontaneidad de los niños aportan frescura y humanidad a la ceremonia.
Sin embargo, incluso en este acto preparado, no faltan los imprevistos. En ciertas ocasiones, los nervios o simples despistes han provocado situaciones inesperadas y divertidas. Esos errores, aunque anecdóticos, han quedado grabados en la historia del sorteo.
1. Un sorteo de errores
El sorteo extraordinario de 1987 se convirtió en uno de los episodios más memorables de la historia televisada de la Lotería de Navidad.
Y es que una niña llamada Carolina se confundió con los premios: cantó el 3772 como un cuarto premio de 25 millones de pesetas y, al llevar la bola con el premio a la mesa, la corrigieron diciendo que la cuantía era 250 millones, es decir, el Gordo.
Por si fuera poco, otra niña de la residencia también se equivocó al cantar un segundo premio como una simple pedrea de 125.000 pesetas. En este caso, el funcionario de Loterías, don Felipe, no tardó en recriminarle: «Pero niña, ¿qué has cantando?». De inmediato, el Salón Nacional se convirtió en un escenario de revuelos con los periodistas detrás de la mesa de la presidencia.
2. El Gordo con un valor menor
En la lotería de 1954, el Gordo fue de nuevo el protagonista de un grave error. Esta vez, los niños de San Ildefonso (todavía no participaban las niñas) entonaron de forma correcta el número premiado, que era el 04.073), pero se le otorgó un premio mucho menor al real.
Se trató de 10.000 pesetas (60 euros), cuando su valor era de 200.000 pesetas (1.200 euros). Felizmente, todo fue solucionado de inmediato.
3. Una pedrea sin premio
Otro episodio conocido recientemente fue el sorteo de 2019, cuando una niña cantó la pedrea (mil euros): el 79973, un número que incluso se mostró en la pantalla.
No obstante, cuando José María, vecino de Salamanca, se dirigió a cobrar su premio, se dio con la sorpresa de que no estaba premiado. En esa oportunidad, el ciudadano declaró a Salamanca 24 horas que en la administración le contaron que el número no era agraciado.
«Me dicen que no está premiado y yo ya no sé a quién o cómo reclamar porque tenía diez décimos en total, es decir, 1.000 en premios», dijo José. El error consistió en que la bola ganadora era el 71973.
4. «Canta mejor, tío»
Durante el sorteo, los micrófonos estratégicamente colocados han revelado en más de una ocasión comentarios privados. Estas frases espontáneas llegaron a oídos de los asistentes al evento y, en algunos casos, incluso de los espectadores de televisión.
Una de ellas es «Canta mejor, tío. Mil euros, no mi eurós«, una frase que le dijo una niña a su compañero de San Ildefonso durante la edición de 2018.
5. Bolas caídas
La lotería de 2022 también fue particular porque se produjeron dos pequeñas anécdotas: la caída de una bola de la tolva (que la volvieron a meter junto a las otras) y la aparición de algunos nervios en la voz que dificultaron el canto de los números a una de las niñas del colegio.
6. Una niña empieza a llorar
En el sorteo de 2014, los nervios y la tensión hicieron mella en la pequeña Marguette. Todo transcurría con normalidad hasta que un número se atascó en su garganta. La niña vivió un momento incómodo, y la única forma de liberar su angustia fue a través del llanto.
Los empleados de Loterías y los presentadores de la televisión hicieron todo lo posible por calmarla. Finalmente, con un poco de agua, la situación se resolvió y el sorteo continuó sin más contratiempos.