El precio de Groenlandia vuelve al debate tras el interés de Trump
Groenlandia, que está bajo el control de Dinamarca, es una región rica en recursos naturales y cuenta con una ubicación estratégica clave
A pocas semanas de su segunda investidura presidencial, Donald Trump abre de nuevo la posibilidad de comprar Groenlandia, la isla más grande del mundo y que está bajo el control de Dinamarca. No es la primera vez que Estados Unidos pretende hacerse con este territorio.
En esta oportunidad, el republicano ha declarado en su plataforma Truth Social que desea comprar la isla para «fines de seguridad nacional y de la libertad en todo el mundo», calificando la adquisición de «necesidad absoluta».
Estas palabras han sido expresadas en el contexto del nombramiento del cofundador de Paypal, Ken Howery, como próximo embajador estadounidense en Dinamarca. Trump ha señalado que Ken realizará un impresionante trabajo trasladando los intereses de EE UU.
Desde su primer mandado, el magnate neoyorquino viene compartiendo su interés en comprar Groenlandia, alegando que sería una base sólida de defensa de EE UU al ser un punto de conexión entre América y Europa.
La isla también tiene una estratégica base aérea y una estación de radar importante, así como su posesión implicaría el control para el Ártico.
Además de las razones militares, este territorio es rico en recursos naturales sin explotar por cuestiones ambientales.
Con una extensión de 2.1 millones de km cuadrados y apenas 57.000 habitantes, Groenlandia es una isla protegida por un acuerdo con Dinamarca y por sus condiciones climatológicas extremas.
Por ejemplo, en la isla se tiene prohibida la explotación de petróleo. Pese a ello, el territorio podría tener reservas de unos 17.500 millones de barriles de crudo y 148 billones de pies cúbicos de gas, según un informe del Servicio Geológico de EE UU.
Además, Groenlandia cuenta con una amplia riqueza en minerales preciosos, además de depósitos de carbón, grafito y uranio, junto con la presencia de metales como platino, cobre, níquel y cobalto.
Se trata de una isla en gran parte inexplorada que, de ser estudiada a fondo, podría revelar importantes yacimientos y reservas esenciales para enfrentar la crisis global de suministros.
¿Cuánto vale Groenlandia?
Para empezar, adquirir este territorio de forma legal es de por sí un asunto enrevesado para el derecho internacional, aunque el derecho internacional permite la cesión de territorio entre dos países siempre que ambos estén de acuerdo.
En la mayoría de casos, la opción de dividir el país será técnicamente inviable, ya que si la constitución protege la integridad territorial del Estado, cualquier intento de separar una parte del país y entregársela a otro estado sería ilegal y no podría llevarse a cabo.
Bajo esa premisa, Blocher y Gulati, de la Universidad de Duke, explican que, de producirse una transacción, debe hacerse respetando «la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos», lo que implicaría el consentimiento de los habitantes de Groenlandia, además del de Dinamarca.
Según el portal Pucara, el primero en la intención de compra fue Andrew Jackson en 1860. Sin embargo, fue tras la segunda guerra mundial cuando EE UU se animó a lanzar una cifra. El presidente de aquel momento, Harry Truman ofreció 1.000 millones de dólares en oro por Groenlandia.
Pero esta cifra es bastante menor frente a los cálculos que hizo el Washington Post en 2019, con ayuda de una fórmula que utilizan en Wall Street. En ese entonces, señalaron que la isla podría valer unos 38.500 millones de dólares (36.920 millones de euros).
Fuera de ello, en la actualidad, el Reino de Dinamarca financia la quinta parte de la economía de Groenlandia inyectando unos 511 millones de dólares. La poca utilización de sus recursos explica este precio.
Rechazo del Gobierno danés
Cuando Trump anunció en 2019 la idea de adquirir la isla, el primer ministro danés Matte Frederiksson la calificó de «idea absurda».
Ahora, ante el nuevo intento, el jefe de Gobierno danés, Múte Bourup Egede, ha señalado que los planteamientos son tan irrelevantes como los del primer mandato del republicano.
«Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca estaremos a la venta», ha replicado Egede, insistiendo en que no perderán «la lucha de años por la libertad».