Elon Musk en apuros: la ciudad de Tesla se enfrentan al multimillonario
La imagen pública del magnate atraviesa una crisis reputacional
Archivo – El magnate Elon Musk, director del DOGE, en una imagen de archivo
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El nuevo director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) estadounidense, se enfrenta a una serie de protestas en la ciudad de Palo Alto, California. Los manifestantes pretenden expresar su descontento, rechazando abiertamente el discurso del empresario. En esta ocasión, las criticas no solo se centran en sus prácticas empresariales, sino también en su postura política y en las decisiones que ha tomado, las cuales han impactado negativamente a muchos de sus seguidores.
Elon Musk, sigue siendo el CEO de Tesla, SpaceX y X (anteriormente conocido como Twitter). Su salto a la política de la mano de Donald Trump, le ha puesto en el foco mediático, y sus declaraciones le han granjeado nuevos detractores.
Activistas en Estados Unidos
Las protestas comenzaron a principios de marzo como parte del movimiento «Tesla Takedown«, una iniciativa ciudadana que busca boicotear a la empresa automotriz debido a la creciente influencia política de Musk en la administración del presidente Donald Trump. Los manifestantes acusan al empresario de utilizar su poder económico para implementar recortes masivos en programas sociales y empleos federales mediante el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
La ciudad californiana, que anteriormente albergó la sede central de Tesla hasta su traslado a Austin, Texas en 2021, ha sido históricamente un centro del apoyo popular hacia la compañía. Sin embargo, ahora numerosos residentes expresan decepción y enfado ante lo que consideran una desviación radical de los valores originales promovidos por la marca. Alicia, una organizadora local del movimiento, declaró que «la comunidad está cansada de ver cómo Musk utiliza su influencia para afectar negativamente los derechos civiles y económicos de miles de personas»
Durante las manifestaciones, los participantes han exhortado públicamente a los propietarios locales a vender sus vehículos de la compañía estadounidense y a los inversionistas a retirar sus fondos como forma de protesta económica contra Musk. La campaña ha tenido un impacto significativo en la percepción pública hacia la empresa: desde enero, las acciones de Tesla han caído más del 45%, reflejando tanto el descontento social como las preocupaciones económicas asociadas a las polémicas decisiones políticas de Elon.
Reacciones de Elon Musk
El CEO, ha respondido con dureza ante las críticas. A través de su plataforma X (antes Twitter), acusó públicamente a algunos organizadores del movimiento de cometer delitos y recibir financiamiento ilegal, algo que los activistas niegan rotundamente. El presidente Trump también salió en defensa del empresario, calificando las protestas como «terrorismo doméstico» y prometiendo medidas severas contra quienes participen en actos vandálicos.
Las protestas no solo han sido pacíficas; también se han registrado incidentes aislados pero preocupantes. En diversas ciudades estadounidenses se reportaron actos vandálicos contra concesionarios Tesla, e incluso ataques incendiarios contra estaciones de carga eléctrica. Aunque las autoridades han condenado estos actos violentos, muchos manifestantes insisten en mantener sus acciones pacíficas y enfocadas en generar conciencia sobre lo que consideran abusos por parte del multimillonario.
La polarización política en el país de las «oportunidades», deja al descubierto la existencia de una brecha política y social cada vez más amplia.
