Actualizado
Los consumidores conectados a alta tensión aumentaron un 2,1 % en 2024: crece la electrificación industrial en España
El incremento de usuarios conectados a alta tensión y la potencia contratada reflejan el avance hacia una economía más electrificada y sostenible
Torres de alta tensión en Madrid. EFE/J.J. Guillén
La economía española avanza hacia una mayor electrificación, como lo reflejan los últimos datos del Boletín de Indicadores Eléctricos publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). A cierre de 2024, el número de consumidores conectados a la red de alta tensión se elevó hasta los 117.948 usuarios, lo que representa un incremento interanual del 2,1 %. Este repunte refuerza la tendencia de que cada vez más empresas y sectores industriales priorizan el uso de la electricidad frente a otros recursos energéticos más contaminantes.
Más potencia contratada en todos los niveles de tensión
No solo ha crecido el número de consumidores industriales conectados a alta tensión, sino también la potencia contratada por estos grandes usuarios. Los datos del informe muestran una evolución positiva en los cuatro peajes de acceso principales del sistema:
- En el grupo 6.1TD, el aumento fue del 2,2 %.
- En 6.2TD, la subida alcanzó el 2,8 %.
- Para el 6.3TD, el crecimiento fue aún más notable, con un 3,7 %.
- Finalmente, en el grupo 6.4TD, el incremento se situó en un significativo 6,6 %.
Este comportamiento indica un mayor compromiso por parte de la industria española con la descarbonización, adoptando progresivamente tecnologías más limpias que dependen de la energía eléctrica para su funcionamiento.
Crecimiento generalizado de la demanda eléctrica
Además del repunte en alta tensión, la demanda total de electricidad en España aumentó un 1,69 % en 2024, alcanzando los 219.686 gigavatios hora (GWh). Este dato, que refleja el consumo total en todo el país, supone una recuperación frente a los niveles de 2023 y un indicio de la reactivación económica.
Los incrementos se observaron en todos los grupos tarifarios, pero algunos sectores superaron ampliamente la media. Por ejemplo, los consumidores domésticos bajo el peaje 2.0TD registraron una subida del 2,1 %, mientras que los industriales bajo los peajes de alta tensión 6.3TD y 6.4TD crecieron en un 7,4 % y un 4,3 %, respectivamente. Estos valores confirman que los consumidores más intensivos en energía están liderando el aumento del uso eléctrico.
A finales de 2024, el número total de consumidores eléctricos en España se situó en 28.469.085 usuarios, con potencias contratadas iguales o inferiores a 15 kW. De ellos, 8,3 millones se encontraban en el mercado regulado, mientras que más de 20 millones ya forman parte del mercado libre.
Esta distribución evidencia la consolidación del mercado libre como la principal opción para la mayoría de los consumidores, aunque el regulado sigue manteniendo una base sólida, especialmente en sectores más sensibles al precio y a las condiciones contractuales.
Un contexto de electrificación creciente
La tendencia que apuntan estos datos no es casual. El incremento en la demanda, junto con el aumento de consumidores de alta tensión y la mayor potencia contratada en todos los niveles, responde a una transformación estructural en el modelo energético nacional. España se está alineando con los compromisos europeos de reducción de emisiones y transición energética, lo que implica un reemplazo progresivo de los combustibles fósiles por fuentes renovables y energía eléctrica.
Además, el informe mensual de la CNMC incluye este mes un anexo especial, que traza la evolución de las principales variables eléctricas desde enero de 2022. Este seguimiento a largo plazo permitirá analizar con mayor detalle la consolidación de esta transición energética en el país y su relación con la recuperación económica y los cambios de hábitos de consumo.
Perspectivas de futuro
Con estos resultados, España consolida una senda hacia una economía más electrificada, digitalizada y sostenible. Las cifras apuntan a que el tejido empresarial está adaptándose con rapidez a los nuevos retos energéticos, priorizando la eficiencia y reduciendo la dependencia de recursos contaminantes.
Las autoridades esperan que esta tendencia se mantenga en 2025, en paralelo al despliegue de redes inteligentes, nuevas subestaciones eléctricas, planes de autoconsumo, e incentivos públicos para industrias que opten por electrificar sus procesos.
En resumen, el aumento de usuarios de alta tensión y la mayor demanda eléctrica en todos los ámbitos son señales inequívocas del cambio de paradigma energético que atraviesa España. Un proceso que, de continuar al ritmo actual, convertirá a la electricidad en el eje central del consumo energético nacional en esta década.