Cesta de navidad

Foto: Europa Press / Sierra de Padelma

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La llegada de la Navidad trae consigo una serie de tradiciones que generan una gran expectación, tanto en el ámbito familiar como en el laboral. Uno de los detalles más comunes en las empresas es la entrega de cestas navideñas a sus trabajadores, un gesto que busca agradecer su trabajo a lo largo del año.

Aunque este regalo puede entenderse como una muestra de aprecio, en algunos casos puede generar incertidumbre respecto a su tratamiento fiscal, sobre todo cuando se trata de entender si deben declararse o no en la renta.

Las cestas navideñas suelen incluir productos típicos de temporada, como embutidos, dulces, embutidos, licores o incluso artículos de lujo. Aunque en principio parece ser un obsequio sin más, la normativa tributaria establece ciertas condiciones que pueden convertir a este detalle navideño en una obligación fiscal.

Si bien no todos los regalos tienen el mismo tratamiento, el valor y la naturaleza de la cesta pueden influir en la decisión de si es necesario o no incluirla en la declaración de la renta.

Ante esta duda, es fundamental entender cómo se regula este tipo de regalos y qué implicaciones fiscales conlleva. Es aquí donde entra en juego la interpretación de Hacienda, que ofrece una respuesta clara sobre cómo debe tratarse el asunto.

Las cestas navideñas como derecho

Para empezar, la entrega de estos regalos no es obligatorio, pero si una empresa empieza a repartirla entre sus trabajadores, esta tradición se convierte en un derecho adquirido de los trabajadores.

Productos típicos en la cesta de Navidad.
Productos típicos en la cesta de Navidad. Foto: Jesús Hellín / Europa Press

Esto fue aclarado por el Tribunal Supremo en 2016, el cual explicó que si una compañía quisiera cesar la entrega de cestas, tras haberlas repartido durante años, deberá primero consultarlo con sus empleados y llegar a un acuerdo. Algo similar sucede con las cenas de Navidad.

Cómo se declara en la renta

La cesta navideña representa una retribución en especie no amparada, según la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (LIRPF). En específico, se trata de una renta en especie, por lo que debe ser descontado o ingresado en el pago a cuenta correspondiente al IRPF.

Esto significa que el valor de la cesta debe aparecer en la nómina, y la empresa debe aplicar la retención de IRPF correspondiente. Además, el certificado de retenciones que la empresa te entrega para la declaración de la renta también debe reflejarlo.

Así, al hacer la declaración, se trataría como si te hubieran pagado el dinero equivalente al valor de la cesta, al igual que ocurre con otras rentas en especie no exentas.

Sin embargo, en la realidad, son pocas las empresas que realmente lo hacen. La mayoría lo tratará como un gasto personal más sin incluirlo en las nóminas, indica Sage, según Business Insider.

Afortunadamente, esto no ocurre con la cena de Navidad ni con otras comidas ofrecidas por la empresa. Este tipo de detalles no están sujetos a impuestos, ya que no se consideran una renta del trabajo.

cesta de navidad
Foto: Pixabay

Más detalles

Por otro lado, la Dirección General de Tributos establece que «siempre que las cestas formen parte de los usos y costumbres de la empresa con respecto a su personal tendrán la consideración de gasto deducible a efectos del Impuesto de Sociedades. En cualquier caso, habrá que justificar el gasto y su naturaleza, así como su adecuación a los usos y costumbres».

En estos casos, la ley indica que, por lo general, las rentas en especie, como los beneficios no monetarios, se deben valorar según su precio normal de mercado, incluso si el trabajador no ha pagado por ellos.

Por último, si la cesta navideña se obtiene mediante un sorteo, el tratamiento fiscal cambia. En este caso, se consideraría una ganancia patrimonial a efectos del IRPF y se sumaría a la base imponible general, según su valor en el mercado. Por lo tanto, independientemente de cómo se entregue, está claro que ningún «regalo» escapa a la tributación.

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