El caso Muface no acaba: así queda después del regreso de Adeslas

Adeslas y Asisa aseguran su permanencia en Muface, mientras otras aseguradoras evalúan su entrada al sistema de asistencia sanitaria para funcionarios

Clínica de Adeslas.

Adeslas cuenta con un seguro de salud específico para los familiares de primer grado de las personas funcionarias. Foto: Eduardo Parra / Europa Press

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Más de un millón y medio de funcionarios y sus familias llevan meses preocupados por el futuro de su asistencia sanitaria. Los empleados públicos, como docentes, policías y personal de Correos, entre otros, se encuentran bajo el sistema de Muface, una opción que les permite recibir servicios médicos a través de aseguradoras privadas. Sin embargo, los últimos meses han estado marcados por incertidumbre debido a las disputas entre el Gobierno y las aseguradoras que hasta ahora cubrían este modelo, lo que ha generado una gran preocupación entre los beneficiarios.

Todo comenzó cuando la primera licitación del contrato fue desierta, lo que obligó al Ministerio de Función Pública, encabezado por Óscar López, a aumentar las primas para intentar atraer a las aseguradoras. A pesar de este esfuerzo, dos de las principales compañías que hasta entonces prestaban el servicio, Adeslas y DKV, decidieron abandonar el modelo debido a la falta de rentabilidad. Mientras tanto, Asisa se mantuvo en la mesa de negociaciones, aunque expresó su imposibilidad de asumir sola la totalidad de los mutualistas.

Sin embargo, todo cambió cuando el Gobierno revisó las condiciones de la segunda licitación, aumentando las primas un 41,2 % respecto al convenio anterior y ofreciendo una cláusula de compensación para las aseguradoras en caso de situaciones extraordinarias que afecten al equilibrio económico. Esta modificación fue clave para revitalizar el interés de las aseguradoras.

Adeslas y Asisa confirmaron su presencia en el sistema

Tras la revisión de los pliegos, Adeslas y Asisa han confirmado su permanencia en el sistema durante los próximos tres años. Esta decisión ha sido recibida con alivio por los mutualistas, ya que la continuidad de estas dos aseguradoras asegura la estabilidad del modelo sanitario para los funcionarios. Además, Mapfre y Axa, dos grandes nombres del sector asegurador, también han mostrado interés en entrar al sistema, evaluando los nuevos términos del contrato.

Por otro lado, Sanitas, que abandonó Muface hace años debido a los altos costos, ha expresado su escepticismo ante un posible regreso. Aunque la compañía revisará los pliegos, no está claro si cambiará de opinión y se sumará a este nuevo modelo.

El nuevo modelo incluye una cláusula de compensación económica, que puede resultar crucial para garantizar la viabilidad del sistema para las aseguradoras. Esta cláusula permitirá a las compañías solicitar ajustes financieros si se producen cambios imprevisibles que alteren el equilibrio económico del servicio. Este enfoque es parte de los esfuerzos del Gobierno para evitar que las aseguradoras abandonen el modelo y garantizar que los mutualistas sigan teniendo acceso a un sistema de salud privado de calidad.

El futuro próximo: incertidumbre y prórrogas en Muface

Mientras se resuelve el proceso de licitación, las aseguradoras actuales, como Adeslas, Asisa y DKV, continuarán prestando servicio hasta finales de marzo, ampliando su cobertura más allá de los tres meses inicialmente previstos. La prórroga permitirá asegurar la continuidad del servicio mientras se evalúan las ofertas y se toman decisiones definitivas.

En caso de que alguna aseguradora como DKV decida no participar, sus usuarios tendrán que migrar a otra compañía. Esto crea una situación de incertidumbre para los beneficiarios, quienes deberán estar preparados para posibles cambios en sus planes de salud.

Aunque aún hay muchas cuestiones por resolver, el regreso de Adeslas y la probable participación de otras aseguradoras refuerzan la idea de que el modelo de Muface no está destinado a desaparecer. Si bien los cambios en las condiciones podrían haber complicado la situación en un principio, la reciente modificación de los pliegos parece haber logrado una salida viable para los funcionarios y sus familias. A pesar de la incertidumbre, el futuro de la asistencia sanitaria de los empleados públicos parece más claro, al menos, para los próximos años.

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Alba Carbajal

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