Adiós al cambio de horario de invierno: esta es la fecha definitiva

El cambio de horario de invierno está llegando a su fin. Tras años de debate y ajustes, el Gobierno español no ha confirmado si seguirá esta práctica, por lo que la última fecha para su implementación sería en el 2026, según establece el Boletín Oficial de Estado (BOE).

La eliminación de este cambio significaría que los relojes ya no se ajustarán a otoño o invierno, finalizando la tradición de adelantar y retrasar las horas según las estaciones.

Esta tradición se debe principalmente al ahorro de energía. Al mover los relojes una hora hacia adelante en primavera, se logra que oscurezca más tarde, lo que permite aprovechar mejor la luz natural durante las tardes y evitar la luz artificial.

Esta reducción del consumo energético era importante en épocas donde la eficiencia energética no era tan elevada como ahora.

En cuanto a los cambios de horario de invierno que quedan hasta el próximo 2026, el BOE confirma que serán los siguientes:

Domingo 27 de octubre de 2024
Domingo 26 de octubre de 2025
Domingo 25 de octubre de 2026

Mientras que las fechas en las que se adaptará el horario de invierno a verano serán:

Domingo 30 de marzo de 2025
Domingo 29 de marzo de 2026

Algunos han interpretado que en octubre de 2026 será la última vez en que los relojes cambiarán en España. Sin embargo, aún no está 100% confirmado por el Gobierno.

Así adoptó España el cambio de horario

Si bien la idea de aprovechar la luz del día se remonta al siglo XVIII, recién se estableció en la Primer Guerra Mundial de forma generalizada en varios países europeos con el objetivo de ahorrar recursos energéticos, que eran escasos por el conflicto bélico.

En el caso de España, se adoptó permanentemente el cambio de horario en 1974 durante la crisis del petroleó para reducir la energía. A partir de esa fecha, el país ha continuado alterando el reloj un par de veces al año: una en primera y otra en otoño.

Polémicas sobre adelantar o retrasar los relojes

La Unión Europea ha considerado la posibilidad de abolir el horario de verano, debido a las preocupaciones sobre sus beneficios reales y su impacto en la salud.

Algunos estudios han indicado que cambiar los relojes altera los ritmos cardíacos, causando dificultades para adaptarse al nuevo horario, como problemas en el sueño, la productividad y la salud mental.

En 2018, el Parlamento Europeo votó a favor de permitir que cada país decida si quiere mantener el cambio de horario y, aunque el organismo comunitario está a favor, todavía no hay consenso debido a las opiniones divididas.

Uno de los argumentos a favor es que esta medida contribuye a la economía, en materia turística y actividades al aire libre, mientras que otros países refieren el horario estándar, citando el bienestar y la salud de los ciudadanos.