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Trilla lamenta la falta de «preparación» y «realismo» para la vacunación en Cataluña
El epidemiólogo del Hospital Clínic de Barcelona critica el inicio de la campaña de vacunación del Govern
El epidemiólogo del Hospital Clínic, Antoni Trilla, ha asegurado este lunes que la campaña de vacunación contra la Covid-19 comenzó en Cataluña la semana anterior sin demasiada preparación y con una destacable carencia de pensamiento realista.
Se necesitaba «un poco más de preparación y un poco de realismo en estas fechas», ha lamentado el jefe del servicio de medicina preventiva y epidemiología del hospital barcelonés, tras constatar que solo se ha vacunado a un 13% de las personas previstas en la primera semana de la campaña.
«Creo que un inicio más lento y luego ir creciendo hubiera sido más realista», ha señalado, afirmando que «se ha pecado de correr demasiado». Como ejemplo ha puesto a Holanda, que «empezará a vacunar el día 8», y en general ha pronosticado que tras el atropellado comienzo de la campaña a partir de esta semana «se irá normalizando la situación».
Una buena noticia es que las vacunas no se han perdido, puesto que están congeladas. Pero Trilla ha sugerido «avanzar un poco la vacunación al personal sanitario», señalando que «si lo encajamos bien se puede acelerar». Los sanitarios y los adultos mayores son prioridad en la campaña de vacunación.
El Govern ha pecado de «querer correr demasiado»
Antoni Trilla ha dicho que el departamento catalán de Salud «ha pecado de querer correr demasiado» en la vacunación y que esa ha sido la razón por la que no ha cumplido las expectativas y ha logrado apenas poner la primera dosis a poco más de una de cada diez personas que tenía previsto comenzar a inmunizar.
La aprobación acelerada de la vacuna de Pfizer y Biontech en la Unión Europea tomó por sorpresa a gobiernos como el catalán, según el epidemiólogo, pues las autoridades en principio tenían previsto que la vacunación comenzaría esta semana y no la anterior.
«Ha habido también algunos problemas logísticos con las cajas especiales para transportar las vacunas y se tienen que formar y poner a punto equipos de enfermeras para ir a las residencias, y esto ha costado mucho ligarlo», ha añadido.
Sobre las enfermeras, ha dicho que son «un bien muy escaso y ha sido difícil completar las plantillas» pese a que 3.000 enfermeras se han apuntado como voluntarias para participar en la vacunación haciendo horas extras fuera de sus horarios laborales.
Otra preocupación expresada por Trilla es que se puedan poner las segundas dosis de aquí a tres semanas a quienes ya se hayan puesto la primera, una labor que requerirá «ajustar la velocidad de crucero al número de vacunas que llegan».
«Si llegan cada semana 60.000 dosis, hay que tener en cuenta que todo el mundo tenga la segunda dosis garantizada y por eso se tendrían que vacunar a 30.000 personas a la semana. Es importante garantizar la reserva de la segunda dosis», ha concluido.