Torra esquiva los intentos de Sánchez de destensar su cita del lunes
Torra insiste en centrar su primer encuentro con Sánchez en el derecho de autodeterminación y soslaya el resto de cuestiones que el Gobierno quería discutir
Tras una reunión política estéril, caben dos opciones: comparecer para explicar lo mal que ha ido todo y dar por finiquitadas las conversaciones o comparecer minimizando el desencuentro para evitar romper la baraja negociadora.
Lo primero es lo que hizo Artur Mas tras su encuentro de 2012 con Mariano Rajoy, aquel en el que el presidente catalán pidió un nuevo pacto fiscal tomando como modelo el concierto vasco. Rajoy dijo no y Mas se fue de cabeza a unas elecciones con una agenda ya netamente soberanista.
Lo segundo es lo que hizo Josep Tarradellas tras su tempestuoso primer encuentro con Adolfo Suárez en junio de 1977. Tarradellas y Suárez no congeniaron, pero a la salida, el hasta entonces presidente de la Generalitat en el exilio resumió el encuentro como “muy cordial y muy agradable”. Tres meses después se restituía la Generalitat.
Diálogo de sordos
A menos de una semana del primer encuentro entre el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el del Gobierno, Pedro Sánchez, no hay visos de que de esa cita pueda salir ningún acuerdo. De hecho, los preliminares ya suenan a diálogo de sordos. Lo que está por ver es por cual de las dos opciones se decantará Torra. Con Sánchez, hay menos dudas: más allá de su negativa a los anhelos de los soberanistas, no ha dejado de ofrecer continuamente gestos de distensión.
Pero el Govern de Junts per Catalunya y ERC, que no quiere ser visto por los suyos como un Ejecutivo meramente autonomista, no parece desde luego receptivo a esos intentos de destensar la situación política.
Ni siquiera la decisión de trasladar a los presos independentistas a cárceles catalanas antes de la reunión ha sido recibida por el independentismo en general y el Govern en particular como una concesión. «Es una decisión unilateral» del Gobierno de Sánchez, alegó este martes la portavoz del Govern y consellera de Presidencia, Elsa Artadi, que responde a la aplicación de la ley y que no puede ser considerada «una contrapartida» a tener en cuenta.
Así las cosas, los negociadores más optimistas se conforman con que tras el encuentro no se rompa todo. De hecho, la agenda de la cita sigue en el aire.
En el Ejecutivo de Torra aseguran no haber recibido todavía ningún borrador de guión por parte del Gobierno, ni tampoco respuesta al suyo
Artadi y la ministra de Administraciones Públicas, Meritxell Batet, encargadas de preparar la reunión, quedaron en intercambiarse propuestas de guiones. El Govern ya ha remitido el suyo, y su contenido no es una buena noticia para los de Sánchez. En el Ejecutivo de Torra aseguran no haber recibido todavía ningún borrador de guión por parte del Gobierno, ni tampoco respuesta al suyo. «No saben qué contestar», apuntan fuentes de la Generalitat.
La prioridad del Gobierno catalán es centrar la conversación en el meollo del asunto: el derecho de autodeterminación, un tema «principal y prioritario», en palabras de Artadi, y la situación judicial de los impulsores del procés. Es decir, aquello, precisamente, en lo que Sánchez ya ha dejado claro que no habrá ninguna concesión.
Torra: debate en tres bloques
La Generalitat plantea la conversación entre Torra y Sánchez en tres grandes bloques: «una valoración de dónde estamos y por qué», el planteamiento de «los pasos que se pueden seguir» y un tercer que consista en escuchar «qué propuesta» tiene el Gobierno, porque, a decir de Artadi, se oyen «muchas voces desde Madrid, algunas contradictorias».
El plan del Ejecutivo central pasaba por negociar de entrada un pack que incluyera el desbloqueo de leyes que el Gobierno de Mariano Rajoy precipitó al limbo del Tribunal Constitucional o aquellas famosas 45 peticiones que Carles Puigdemont le hizo a Rajoy junto con el descartadísimo referéndum. Pero el Govern prefiere soslayarlas y negociarlas aparte.
Comisiones bilaterales
Pero para la consellera portavoz, «los presidentes han de tener una conversación política elevada», y, si esta se produce, los demás temas pueden despacharse en reuniones «sectoriales» sin presencia de Torra ni Sánchez. Hay cuatro de esos grupos de trabajo, pero algunos llevan hasta siete años sin reunirse: la Bilateral Generalitat-Estado, la de Infraestructuras, la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales y la Mixta de Transferencias Estado-Generalitat.
El Govern, para acabar de dejar claro que es exclusivamente ahí donde quiere despachar los asuntos que no tienen que ver específicamente con la autodeterminación, ya ha dado el primer paso para reactivarlas, nombrando a sus nuevos representantes en las mismas, a la espera de que también lo haga el Gobierno del PSOE.
Diálogo «sin cortapisas», no a la autodeterminación
Este mismo martes, la Vicepresidenta y Ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, se mostró contemporizadora en el Congreso. Calvo ha dicho ofrecer «abierto», «franco», «democrático» y «sin cortapisas» al Govern de Cataluña, informa EFE. Lo que significa poder «hablar con libertad» y «de lo que se considere oportuno». Pero, pese al tono, volvió a ser tajante sobre la autodeterminación: «No existe en ninguna Constitución de ninguna democracia», zanjó.
Las partes se conforman con salir de allí con el compromiso de una nueva reunión, para la que tampoco está previsto que se concrete día y lugar
En la propuesta de orden del día del Govern para la cita del día 6 solo hay un clavo ardiendo al que aferrarse para vender un mínimo entendimiento: el Ejecutivo de Torra quiere abordar la vigencia del franquismo «en el espacio político español». Y eso incluye desde su presencia en el nomenclátor de calles y espacios públicos hasta las subvenciones a la fundación Francisco Franco, pasando por el Valle de los Caídos, del que Sánchez ya ha anunciado su intención de exhumar los restos del dictador.
Clavo ardiendo aparte, no hay demasiado optimismo, hasta el punto de que las partes se conforman con salir de allí con el compromiso de una nueva reunión, para la que tampoco está previsto que se concrete día y lugar, admiten fuentes del Ejecutivo catalán. Así que, tras el encuentro, la duda -además de si Torra comparecerá en la Moncloa o en la delegación de la Generalitat en Madrid, que es por lo que ahora mismo se decantan en el Govern- es si el president preferirá ejercer de Mas o de Tarradellas… o intentará transitar el camino de en medio.