Telefónica, RTVE, Fiscalía, CNMC... repliegue de Sánchez a sus cuarteles de invierno

Mañana del 30 de octubre de 2024. Mientras empezaba a conocerse el alcance de la tragedia de la DANA en Valencia, el Congreso de los Diputados, inmerso en una sesión de control al Gobierno, paralizaba toda actividad menos una: la aprobación en una comisión del Decreto Ley del Gobierno que renovaba el Consejo de Radio Televisión Española (de las muy pocas votaciones que ha sacado adelante Pedro Sánchez junto a sus socios). La urgencia y el empecinamiento de sacar adelante la votación, pese a la tragedia, descolocó a propios y extraños.

Tarde del 17 de enero de 2025. El gabinete de Pedro Sánchez convoca al presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, compañía en la que Moncloa controla un 10% a través de la SEPI, para comunicarle que va a ser cesado y en su lugar aterrizará Marc Murtra, presidente de Indra y antiguo cargo del PSC. Los otros socios en la Ibex, Criteria, Blackrock, STC, comprenden la operación en el fondo. Al fin y al cabo las cosas no han ido bien y es normal que el Estado quiera un reemplazo si es accionista. Pero también quedan contrariados por las formas. ¿Por qué despedirlo a dos meses de vencer su mandato y evitar hacerlo con elegancia y sin ruido?

Las prisas de Sánchez en Telefónica

Fuentes conocedoras de la operación en Telefónica avisan que Moncloa comunicó estas intenciones a los socios apenas días antes: después de Reyes. Querían ejecutarlo rápido y evitar que las cosas «se fueran a complicar». La intención estaba tomada, y no veían necesidad de arriesgarse a que la operación de sustitución tomara giros complejos o incontrolables. Mejor no esperar. Moncloa también aseguró un nuevo presidente en Indra, Ángel Escribano, empresario y amigo de todos, pero que tiene claro que la meteórica carrera de su empresa desde 2019 se debe a la Moncloa y a los contratos del Ministerio de Defensa de Margarita Robles.

Martes 21 de enero de 2025. Banco Sabadell anuncia que devuelve su sede social a Cataluña. La entidad que preside Pep Oliu está amenazada de muerte por la opa de BBVA, imparable y constante. La repatriación de la identidad societaria solo se entiende en el marco de la operación de fusión, mediante la cual Sabadell gana los favores políticos que necesita, tras ver cómo las ventajas financieras no van a ser suficientes.

Un día después, Pedro Sánchez anuncia desde Davos que el regreso de Sabadell es «bueno» para la «cohesión social» y la «cohesión territorial» en España: pone sobre la mesa argumentos que no tienen que ver con la regulación financiera o de mercados, y apunta directamente al futuro dictamen de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). El 23 de diciembre, el Gobierno propuso como vicepresidente de la CNMC a un directivo de RTVE, y varios consejeros, entre ellos el director de los Mossos el 1 de octubre de 2017, cercano a Junts y a Carles Puigdemont.

¿Por qué todos estos movimientos y a qué viene tanta prisa en algunos de ellos?

David Broncano, presentador estrella de la nueva RTVE que disputa el liderazgo de la franja prime a El Hormiguero de Pablo Motos, cuando fue interpelado por la calle, dijo que él no le había «puesto» Pedro Sánchez en Televisión Española, y que, si fuera así, su programa sería político y, más o menos dijo, él «nunca habla de política» en el programa.

A pesar de ello, la realidad es que, ahora mismo, no hay nada más político bajo el paraguas de Pedro Sánchez que el programa de David Broncano. En el actual escenario de parálisis política, donde el PSOE es incapaz de sacar adelante ninguna ley o pequeña reforma, no digamos unos Presupuestos, RTVE y David Broncano son el ‘ministerio’ que más eficazmente está produciendo acción política y coadyuvando al relato electoral que necesita el Gobierno de coalición.

No hay más que mirar la exposición de los ministros del Ejecutivo en las redes sociales como X, que salen en tromba a utilizar políticamente los mensajes que deja la ‘apolítica’ La Revuelta de Broncano, siempre que hay resquicio. José Pablo López, presidente de RTVE, también está por su parte acelerando la contratación y ascenso de cómicos del entorno de Broncano como Andreu Buenafuente, que comparten producción en La Revuelta, y Marc Giró («no sé si seré de izquierdas o no, pero lo que sí soy es antifascista», decía esta semana en TVE).

Sánchez agotó su poder legislativo en el momento en que aprobó la Ley de Amnistía en mayo de 2024. Desde entonces no se ha aprobado nada relevante en el Congreso. No solo no comparte apenas nada ya con Junts, a quien necesita: sus promesas de cara a Carles Puigdemont tienen cada vez menos fuerza. La misma ley de amnistía, que le costó muchas plumas al Gobierno, apenas ha amnistiado a un centenar de personas, de las que la mayoría son los policías del 1-0.

De cara a un adelanto electoral, o enfrentarse a elecciones cuando toque, sabe el presidente del Gobierno que no va a poder contar con leyes ni siquiera con el anuncio de ellas que, o bien no tienen recorrido en el Congreso, o bien están tan mal diseñadas que no tienen impacto: véase medidas de vivienda. Por este motivo, el Gobierno acelera el control sobre todo aquello que no debe pasar por Cortes Generales, colocando a gente cercana y decidido a no sacrificar peones importantes pese a los escándalos: es el caso del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz.

Murtra, Broncano, Buenafuente y García Ortiz son conscientes de que su carrera en los puestos actuales no va a ser muy larga. Su cv está ligado al futuro de Pedro Sánchez. Y, por eso, Pedro Sánchez, también está atando su suerte a ellos, en buena medida.