Sumar acelera la sucesión de Díaz con un proceso rápido entre 80 miembros de su dirección
Sumar encarará en las próximas semanas un proceso clave para su futuro al tener que acometer el relevo en su liderazgo, tras el anuncio de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de dejar su cargo de coordinadora general de la formación tras el batacazo en las elecciones europeas, según informa Europa Press.
Fuentes de la formación han remarcado que la idea es realizar una sucesión rápida para pasar cuanto antes este periodo de interidad, pero sin precipitarse. Una labor que recaerá en el Grupo Coordinador de Sumar, su máximo órgano de dirección conformado por 80 miembros, que deberá proponer entre sus integrantes al nuevo líder orgánico de la formación lanzada por Díaz y que se construyó bajo el tirón electoral de su figura.
En este órgano, no están integrados los principales aliados de Sumar como son Más Madrid, IU, ‘comunes’ o Verdes Equo, a los que inicialmente se reservaba una cuota del 30% de su composición, pero finalmente se paralizó esa entrada en paralelo a las tensiones surgidas por la negociación a las elecciones europeas. Otros como Compromís directamente renunciaron a entrar en la dirección de Sumar
Por tanto y bajo ese principio, quedan descartados figuras como la ministra de Sanidad, Mónica García, el titular de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, o la ministra de Juventud, Sira Rego, así como cualquier dirigente de dichas formaciones dado que no son miembros de del Grupo Coordinador.
Mientras, sí figuran como integrantes de la dirección ampliada de Sumar nombres como el portavoz de Sumar y titular de Cultura, Ernest Urtasun (ligado a los ‘comunes’), el portavoz parlamentario, Iñigo Errejón, la secretaria de Organización, Lara Hernández, la de comunicación, Elizabeth Duval, y diversos diputados, entre otros.
La marcha de Díaz llega no solo tras el nefasto resultado de las europeas, donde Sumar solo consiguió tres escaños con un 4,6% de voto, sino que se produce a solo tres meses de su proclamación como coordinadora general en la primera asamblea estatal de marzo. Por tanto, la formación tendrá que lidiar con un cambio de liderazgo con una incipiente estructura orgánica, la incógnita pendiente del papel de sus aliados en sus órganos internos o el despliegue territorial.
Además, Díaz mantiene su cargo de vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo para continuar impulsando la agenda social del socio minoritario del Ejecutivo, por lo que podría darse un modelo de bicefalia con un referente orgánico y otro en el Ejecutivo.
Crisis interna tras el 9J y críticas de parte de sus aliados
Uno de los retos de Sumar será también recomponer relaciones con los partidos, después de las fricciones durante la negociación de los puestos de las listas a las elecciones europeas y las heridas que deja el resultado del 9J, que ha dejado fuera de la eurocámara a Más Madrid e IU. En el caso de esta última formación se queda sin eurodiputado por primera vez en su historia.
El mal resultado abrió este mismo lunes una fuerte crisis en Sumar, con voces en Más Madrid que demandaban asumir responsabilidades a la cúpula de Sumar (como el dirigente Eduardo Fernández Rubiño) y reivindicar que su modelo sí era de éxito mientras que la hoja de ruta de Sumar resultaba fallida, que requería una «enmienda a la totalidad».
Respecto a IU, esta misma tarde celebra una reunión extraordinaria y su líder, Antonio Maíllo, manifestó en una carta dirigida a la militancia la necesidad de cambiar la tendencia dentro de la izquierda y que «todo proyecto sin organización está destinado a ser efímero».
En el lado de Sumar, tras conocerse la debacle electoral, el portavoz de Sumar manifestó que iban a abrir un periodo sosegado para reflexionar sobre las causas de la pérdida de apoyo electoral en este ciclo electoral (tras los comicios en Galicia, Euskadi y Cataluña).
Intento sin éxito de unificar y pacificar el espacio
También deberá sobreponerse la nueva formación a la vinculación del proyecto con la figura de Díaz, que tras ser propuesta como el exlíder de Podemos Pablo Iglesias como su sucesora al frente del espacio que conformó Unidas Podemos en 2021, comenzó un proceso para intentar reunificar a la izquierda alternativa al PSOE bajo la figura de Sumar, que planteaba como un frente amplio de fuerzas progresistas (sin ser una sopa de siglas) y del movimiento ciudadano.
En julio de 2022 avanzó que iba a desplegar un proceso de escucha para decidir si daba el paso de ser candidata y comandar un nuevo espacio, acercándose a formaciones desvinculadas de Podemos como Más Madrid, Compromís y atrayendo a IU y ‘comunes’, pero suscitando fuertes tensiones con los morados.
Fue en abril del año pasado cuando en el polideportivo Antonio Magariños avanzó que iba a concurrir en los comicios con Sumar flanqueada por diversas fuerzas progresistas, pero dejo patente la gran distancia con los morados que se ausentaron de este evento y demandaron unas primarias abiertas.
El adelanto de los comicios generales de julio precipitó la conformación de la candidatura de coalición abanderada por Díaz que también generó una complicada negociación con sus aliados y elevó el choque con Podemos, que denunciaron el veto a la exministra de Igualdad Irene Montero y posteriormente su exclusión del Ejecutivo tras acordar con el PSOE un acuerdo de coalición.
Desde su ascensión como principal figura de la izquierda alternativa al PSOE, la titular de Trabajo tuvo que ralentizar la construcción orgánica de Sumar por el ciclo electoral y tampoco logró pacificar el espacio, pues que las disputados con Podemos que demandaba su autonomía dentro de la coalición generó al final la ruptura de los morados a finales del año pasado.
Y en estas elecciones europeas, que los morados planteaban como una forma de medir la correlación de fuerzas, Podemos ha resistido al conseguir dos escaños en su apuesta por rearmarse para aspirar de nuevo a ser la fuerza hegemónica en la izquierda.