Solo uno de cada cuatro catalanes confía en un referéndum
Una encuesta revela que el 65,3% de los ciudadanos se inclina por soluciones políticas acordadas, frente al 26,1% que prefiere una consulta en las urnas
La sociedad catalana, en su mayoría, es partidaria de medidas consensuadas para alcanzar una solución que ponga fin al debate sobre la independencia. La búsqueda de un acuerdo político que facilite el autogobierno se ha convertido en la opción preferida para lograrlo, por delante de otras propuestas como la convocatoria de un referéndum de ruptura. Solo uno de cada cuatro catalanes sigue confiando en la consulta como su vía preferente.
El 65,3% de los encuestados se inclina por soluciones acordadas, frente al 26,1% que confía en el plebiscito como mecanismo para elegir entre independencia o continuidad, según un sondeo de GAD3 para La Vanguardia. El referéndum ha ido perdiendo peso con los meses porque en febrero era la única salida para el 30% de los encuestados.
Paradójicamente, el apoyo de la independencia sí que ha experimentado un ligero repunte en la última encuesta hasta dejar las posiciones casi equilibradas. Un 45% de los consultados apuesta por vivir en una Cataluña independiente de España, mientras que el 47% rechaza el proceso soberanista, dos puntos menos que a principios de año.
Los cambios que tiene que implementar la comunidad también generan muchas divergencias. El 30 % de la sociedad catalana defiende una reforma de la Constitución para garantizar sus reivindicaciones. Un 26% apuesta por mejorar el sistema de financiación de la comunidad. Mientras que apenas un 10% considera que es necesario aprobar un nuevo Estatut.
Los catalanes reclaman una solución para los presos
La encuesta también ha servido para lanzar un mensaje directo a los políticos catalanes sobre la hoja de ruta para el proceso soberanista. Apenas un 14% de los encuestados respaldaría que se volviera a proclamar de forma unilateral la independencia. Un acto que provocó el encarcelamiento de la cúpula independentista por delitos que van desde la sedición, hasta la malversación o la desobediencia.
Precisamente, la situación de los presos es una línea roja marcada por la sociedad catalana. Dos tercios de los encuestados considera que cualquier negociación política sobre la independencia debería incluir una solución para la situación de los políticos encarcelados. Sorprende que la medida es avalada incluso por la mitad del electorado del Partido Socialista, un tercio de los votantes del Partido Popular o una cuarta parte de los de Ciudadanos.