Sánchez se empeña en mantener el fútbol a pesar del ejemplo europeo
El presidente del Gobierno espera que La Liga “vuelva pronto” y se desmarca de Francia y Holanda, que cancelaron sus torneos con menos positivos
El pasado 8 de marzo, además de numerosas manifestaciones feministas se celebraron partidos de fútbol por toda España. Las aglomeraciones en los estadios fueron uno más de los catalizadores del coronavirus; por ello, La Liga se suspendió incluso antes de decretarse el Estado de Alarma. Casi dos meses después, el Gobierno ya trabaja para que el balón vuelva a rodar (sin público en las gradas) a pesar del ejemplo de países como Francia y Holanda, que dieron por terminadas sus competiciones nacionales con muchos menos positivos.
En su comparecencia de este sábado, el presidente de España, Pedro Sánchez, dijo que espera que la vuelta del fútbol “sea pronto”. “Esperemos que sea cuanto antes, pero lo veremos antes por la televisión que en el estadio, me temo”, añadió el líder del Ejecutivo, que permitirá la vuelta a los entrenamientos individuales en la primera fase de la desescalada diseñada por la administración.
Así, el Ministerio de Sanidad autorizó que se pudieran practicar test a todos los futbolistas profesionales a partir del 4 mayo tras una reunión del Consejo Superior de Deportes (CSD) con el Grupo de Tareas de Impulso al Deporte (GTID) compuesto, entre otros, por La Liga, la Real Federación Española de Fútbol, la Asociación de Futbolistas Españoles, el Real Madrid y el FC Barcelona.
A falta de una fecha para que el balón vuelva a rodar, el retorno del deporte rey sería un punto de normalidad en la vida cotidiana de los españoles. El Gobierno lo sabe y quiere explotarlo a través de la televisión. El CSD presiona desde hace semanas a La Liga para que permita más de un partido en abierto por jornada –la cifra actual— a cambio del capote que supone retomar la competición.
Queda por ver todavía como se compensaría a los tenedores de los derechos, Telefónica y Mediapro. Ambas sí tendrían en su haber la capacidad de fijar más encuentros en prime time por la condensación del calendario, lo que podría implicar un incremento de las audiencias.
Según un estudio de KPMG, la suspensión del campeonato hubiera supuesto un agujero de entre 800 y 950 millones de euros para el fútbol español. La principal partida hubiera salido de los ingresos televisivos, pues se habrían perdido entre 500 y 600 millones de euros. Sí se dejarán de percibir entre 150 y 170 millones por ventas en el día de partido y parte de los 200 millones de euros procedentes de los ingresos comerciales.
El ejemplo europeo frente al fútbol
Pedro Sánchez toma así la iniciativa en Europa para el retorno del fútbol, una decisión que no comparten la mayoría de los Ejecutivos con ligas de peso en el panorama continental. Solo el primer ministro portugués, António Costa, entonó un discurso parecido al avanzar que la competición lusa finalizará durante los meses de junio y julio. El país, eso sí, suma un 4% de los fallecidos por Covid-19 que ha registrado España.
Mientras, Francia y los Países Bajos dieron por concluidos sus torneos. En el caso galo, fue el Gobierno el que tomó la decisión, dando por campeón al Paris Saint Germain. En cambio, en Holanda el título quedó desierto, algo que no sucedía desde la II Guerra Mundial.
A falta de decantarse de forma definitiva, el Gobierno italiano también se muestra escéptico con la vuelta del fútbol. Vincenzo Spadafora, ministro de Deportes transalpino, lamentó a finales de abril que el camino para reanudar el campeonato era «cada vez más estrecho». «Pensaría en la próxima temporada, Francia puede empujar Italia a hacer lo mismo; si no queremos incertidumbres hay que seguir su camino y parar todo», añadió.
En Alemania, la decisión se tomará el próximo 6 de mayo. A pesar de que la Bundesliga ya practicó test a los futbolistas y trabaja para volver el 16 o el 23 de mayo –los clubes ya entrenan de forma individual–, la próxima se mana se reunirán la canciller, Angela Merkel, y los ministros de deportes de los 16 landen germanos para aprobar o suspender el retorno de la competición. En el Reino Unido, el Gobierno todavía no se pronunció a pesar de la presión de los equipos.