Elecciones en Cataluña: Sánchez revienta su proyecto político

Los primeros trackings arrojan que el ‘Hamlet de la Moncloa’ ha convertido las elecciones de Cataluña en otro Sánchez vs. Feijóo, y dinamitado el relato de la ley de amnistía

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el primer secretario del PSC, Salvador Illa. EFE/ Quique García

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Sea sufriendo los insultos de Fortuna, o levantándose en armas contra el océano del mal, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el ‘Hamlet de la Moncloa’ como le llama ya algún político catalán, con sus dudas sobre si dimitir o no, ha reventado la campaña electoral en Cataluña, que acaba de empezar, y, con ello, el gran salvavidas de su ley de amnistía: desterrar al independentismo del poder en Cataluña y sentar a Salvador Illa (PSC) en el Palacio de la Generalitat.

El insólito anuncio de Sánchez de iniciar un periodo de reflexión sobre si seguir en el cargo o no, está todavía asentándose en el magma electoral catalán, que el 12 de mayo vota un nuevo Parlament. Pero los primeros trackings que están cocinando los partidos catalanes, apuntan ya, según ha podido saber ECONOMÍA DIGITAL, un cambio de tendencia que ‘españoliza’ los comicios y crea una nueva polarización. Si hasta ahora el debate iba sobre Illa vs. Carles Puigdemont, ahora se ha polarizado en torno a Sánchez vs. Feijóo.

Hay un ganador principal, según las mismas fuentes, que es Salvador Illa, candidato socialista, que crece en detrimento de Comuns y ERC, a quien les roba los votos. Por otro lado, el PP de Alejandro Fernández se está beneficiando también a costa de Vox y algo, en menor medida, del propio PSC.

El CEO, el instituto demoscópico de la Generalitat, publicó este viernes un sondeo realizado días antes que colocaba al PSC como primera fuerza. El episodio de Pedro Sánchez estaría incrementando esta ventaja sobre el segundo, ERC: Pere Aragonès puede despedirse ya de la presidencia de la Generalitat si estas tendencias se confirman.

Podría colocar al PSC cerca de los 50 escaños, lo que le permitiría, incluso, gobernar en solitario. Aragonès lo ha hecho con solo 33 diputados (aunque con poco éxito). La nueva estrategia de Sánchez de polarizar en torno a su persona los comicios catalanes tienen en Cataluña (como en el conjunto de España), un perdedor claro, el Sumar de Yolanda Díaz.

Sin embargo, la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz parece resignada a este movimiento, puesto que sabe que su formación es básicamente un complemento del Gobierno de Pedro Sánchez, sin el cual no tiene relevancia política.

Sánchez gana escaños, pero pierde argumentos

Este lunes, Pedro Sánchez anunciará si sigue como presidente del Gobierno o no. Pase lo que pase, su principal esperanza política en lo que va de mandato acaba de desaparecer. Si Sánchez necesitó una ley de amnistía para lograr los votos de Junts y Carles Puigdemont, el presidente del Gobierno esperaba a las elecciones catalanas y la victoria socialista para justificar su ley: gracias a ella, el independentismo había sido desalojado de la Generalitat por primera vez en casi 15 años. Sin embargo, aunque el PSC gane las elecciones, el terreno de juego se ha movido.

Si la operación del presidente del Gobierno es estratégica y sus dudas son una pantomima, y en realidad busca reafirmarse en La Moncloa con una moción de confianza, resulta extraño que haya decidido lanzarla en un momento como este: tras unos comicios en el País Vasco donde el PSOE y sus socios PNV y Bildu han salido beneficiados y donde la derecha de PP y Vox ha pinchado; y dos semanas antes de las catalanas, donde la victoria del PSC le iba a permitir consolidar su defensa de la Ley de Amnistía y la teoría de la reconciliación. Las encuestas publicadas abonaban fácilmente esta hoja de ruta.

Pero ahora, pase lo que pase, nadie hablará en los próximos meses de cómo se ha combatido o no el independentismo con las acciones del PSOE. El escenario de polarización queda fijado en otros términos. La polarización se da entre poderes del Estado y no entre ciudadanos. El tic populista amenaza con una embestida en toda regla del Ejecutivo y el legislativo contra el poder judicial y el de los medios de comunicación.

Una pendiente resbaladiza que la izquierda está dispuesta a recorrer, destrucción de la separación de poderes mediante, con tal de garantizarse la continuidad en el poder tras un proyecto ideológicamente agotado.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta