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Sánchez, más vulnerable que nunca: Aragonès vuelve a exigir la soberanía fiscal
Los dos presidentes se encuentran en el Palau de la Generalitat en una reunión institucional marcada por un tono "cordial", con la financiación autonómica como principal demanda y con el posible acuerdo para investir a Salvador Illa de fondo
Un encuentro «cordial», «institucional» y claramente «diferenciado» de las negociaciones entre PSC y ERC para investir a Salvador Illa. Con estos adjetivos han definido tanto desde el Gobierno central como el autonómico la reunión de este miércoles entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palau de la Generalitat, que ha concluido con la firma del convenio para el traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital para Cataluña.
Un acercamiento en el que Aragonés ha vuelto a insistir en la financiación singular para la comunidad, exigiendo al ejecutivo avances en ese sentido. Y es que la financiación de Cataluña está en el centro del debate: además de como reclamación de la Generalitat, es la condición de los republicanos para una investidura del socialista Salvador Illa. Precisamente el encuentro, aunque en público se desvincule, se produce en plena negociación entre PSC y ERC, cuando falta una semana para que finalice el plazo para cerrar un acuerdo que ha puesto el partido independentista.
Así, la reunión entre ambos presidentes ha servido para mostrar por un lado, en público, la sintonía y el «diálogo político» entre ambos gobierno, han subrayado; además de la reunión entre los dos presidentes, Sánchez y Aragonès han firmado el convenio para el traspaso del Ingreso Mínimo Vital junto con la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el conseller de Drets Socials en funciones, Carles Campuzano. Asimismo, también el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, se ha reunido con la vicepresidenta del Govern en funciones, Laura Vilagrà.
Pero, por otro lado, este encuentro escenifica la dependencia y consecuente vulnerabilidad del Gobierno de Sánchez y del PSOE a los partidos independentistas, tanto a nivel autonómico, para la investidura de Salvador Illa, como a nivel español, especialmente en un momento delicado, después que este martes Junts votará en contra de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de las administraciones, por lo que tumba la senda planteada por el Gobierno y complica la tramitación en tiempo y forma de los Presupuestos Generales del Estado de 2025.
Financiación singular para Cataluña
Sánchez y Aragonès no se reunían desde diciembre de 2023, en el mismo lugar, después de la investidura del presidente del Gobierno. Tras ese encuentro, Sánchez se mostró dispuesto a desarrollar la Agencia Tributaria Catalana según lo establecido en el Estatuto catalán, pero esa fórmula por el momento no se ha concretado. En esta nueva reunión, tampoco ha trascendido ningún detalle específico de cómo se establecería una financiación autonómica para Cataluña, aunque esta ha sido la principal exigencia de Aragonès.
El presidente en funciones reclama al Gobierno español una financiación autonómica «singular» para Cataluña, para que sea la comunidad la que adminstré los impuestos, con el objetivo de «reducir el déficit fiscal que sufre la ciudadanía catalana». Una propuesta que no acaba de convencer al ejecutivo de Sánchez, que ya ha descartado una financiación para los catalanes similar al concierto con el que cuentan el País Vasco y Navarra, que les permite recaudar y gestionar sus impuestos, aunque no cierran la puerta a incrementar esta financiación. Tampoco la propuesta catalana gusta a la gran mayoría de las otras comunidades autónomas, que se niegan a «financiar a Cataluña a costa del resto de España».
Si no se llega a un acuerdo antes del 26 de agosto, se convocarán automáticamente nuevas elecciones
Esta demanda es también el punto clave entre un futuro acuerdo entre PSC y ERC para conformar un gobierno liderado por Salvador Illa. «soberanía fiscal» o repetición electoral, fueron las palabras de la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, sobre el pacto con los socialistas.
Porque, si no se llega a un acuerdo antes del 26 de agosto, tanto entre PSC y ERC –además de Comuns, en un posible tripartito de izquierdas– como en una poco probable investidura de Carles Puigdemont –que necesitaría, además de los votos de los partidos independentistas, la abstención de los socialistas, y eso en el caso de que pudiese llegar al Parlament para el pleno, pues no se le ha aplicado la amnistía en la causa abierta por malversación–, se convocarán automáticamente nuevas elecciones autonómicas para el 13 de octubre.
Los otros acuerdos pendientes
Durante la reunión, Sánchez y Aragonès han repasado el estado de los puntos acordados para que los republicanos apoyasen la investidura del actual presidente del Gobierno. El traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital en Cataluña se suma a la propia investidura de Sánchez, la aprobación de la Ley de Amnistía o el incremento de efectivos en el cuerpo de Mossos d’Esquadra.
En los últimos días, en el tiempo de descuento, se ha anunciado el traspaso del servicio de Rodalies, el pago de un fondo anual para investigación y la gestión de las becas universitarias. Sin embargo, quedan cuestiones pendientes, como la condonación de parte de la deuda catalana o la propia financiación singular.