Referéndum antes del verano
El PSC reclama a la Mesa del Parlament que pare la reforma del reglamento que permitirĂa aprobar la 'ley de desconexiĂłn' sin debate, pero el soberanismo corre hacia la consulta
El soberanismo se ha desbocado y acelera todos los trámites para poder convocar el referéndum de autodeterminación antes del verano. El grupo de Junts pel Sí, que apoya al presidente Carles Puigdemont, ha puesto rumbo a la «independencia», con la convicción de que ahora tampoco puede hacer otra cosa. La marcha atrás es imposible y para ello se ha propuesto utilizar su mayoría en el Parlament para evitar cualquier debate sobre las leyes que necesita aprobar antes de esa convocatoria.
Los grupos de la oposición no son homogéneos, pero reclaman que Junts pel Sí cumpla con todas sus obligaciones legales, dentro de las reglas del parlamentarismo. El problema, según fuentes de los distintos grupos, es que tener la mayoría en la Mesa del Parlament es determinante. El soberanismo puede seguir adelante, aunque la oposición pueda «montar el pollo», en expresión del diputado de Catalunya Sí que es pot, Lluís Rabell.
El PSC quiere seguir los cauces legales, presionando a la Mesa del Parlament para que se «retrate» en cada momento. Para ello, el primer secretario socialista, Miquel Iceta, reclamó este miércoles a la presidenta de la cámara, Carme Forcadell, que solicite un informe a los servicios jurídicos del Parlament sobre la reforma del reglamento que se quiere realizar, impulsada por Junts pel Sí y que tiene un claro objetivo: agilizar al máximo la tramitación de las distintas leyes de «desconexión», como la ley de transitoriedad nacional, que señalará a Cataluña como una República de derecho.
La lectura única no es el problema
Iceta entiende que esa iniciativa no se debería admitir, ni tan sólo con condiciones, y por ello pide que la Mesa reconsidere su posición. Pero Junts pel Sí tiene mayoría, y está dispuesto a aplicar todo su peso, por muchas protestas que se manifiesten. Según fuentes parlamentarias, tanto el PDECat como ERC «corren hacia la convocataria del referéndum».
El catedrático de derecho constitucional, Xavier Arbós, argumenta que el problema no es tanto la reforma del reglamento sino la utilización posterior. «El reglamento del Parlament es muy garantista con las minorías, y se puede entender que, como sucede también en el Congreso y en otros parlamentos, se busque tramitar leyes de forma urgente, a través de la lectura única. Pero otra cosa es para qué se desea aplicar esa lectura única».
Es decir, con la ley en la mano, la reforma del reglamento no debería comportar mayores problemas, pero sí para aprobar, de forma urgente, la ley de transitoriedad nacional que sólo busca acomodar, según la legalidad que emane del Parlament, el referéndum de autodeterminación, contrario a la Constitución.
En dos o tres semanas
La reforma del reglamento del Parlament no podrá obviar, sin embargo, la tramitación a través de una ponencia conjunta. Pero Junts pel Sí, junto con la CUP, tendrá mayoría. Eso quiere decir que en dos o tres semanas ese cambio podría estar listo, al margen de la gesticulación de la oposición.
Los grupos lo saben, aunque expresen ahora su total rechazo. El portavoz del PP, Alejandro Fernández, acusó a Junts pel Sí de presentar una reforma que «podría vulnerar derechos de los diputados», señalando la maniobra de «supuesta astucia». Pero el diputado Roger Torrent, de Junts pel Sí, concretó la naturaleza de ese cambio en el reglamento: «se trata de tramitar las leyes con más urgencia». El problema es qué leyes.
La presión de los casos judiciales, que inciden especialmente en el PDECat, y en concreto el caso del Palau de la Música, está precipitando todas las actuaciones del soberanismo. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, lo verbalizó este miércoles, al asegurar que cuanto más corre el soberanismo «más legitimidad pierde».
Ese es el punto que los grupos de la oposición denuncian, y que recuerda también el profesor Arbós. «El soberanismo quería ensanchar las bases, tener una gran legitimidad».
Pero corre hacia la convocatoria del referéndum, para fijarlo antes del verano, y, convocar, cuando se choque contra la pared, unas elecciones al Parlament en la tercera o cuarta semana de septiembre, al calor de la Diada del 11 de septiembre.
En ese esquema se mueve ahora Junts pel Sí, que quiere seguir adelante, pase lo que pase, aunque en la votación de la ley de transitoriedad nacional, en el pleno del Parlament, se puedan ausentar todos los grupos de la oposición.