La Generalitat rompe relaciones con la Casa Real
El president evita desairar a Felipe VI en Tarragona, pero la Generalitat no invitará al rey a ningún acto oficial ni acudirá a los que organice la Casa Real
Quim Torra no plantará finalmente al Rey Felipe IV esta noche en la inauguración de los Juegos Mediterráneos que se celebran en Tarragona, pero la decisión del presidente catalán va acompañada de la ruptura de relaciones de la Generalitat con la Casa Real. El Govern no invitará a partir de ahora al rey a acto oficial alguno, y ni Torra ni sus consellers asistirán a su vez a ninguno que sea convocado la monarquía.
El president ha recordado que los juegos «no se podían haber hecho sin la Generalitat», y ha justificado su decisión final de asistir a la inauguración del evento con el argumento de que la presencia del monarca «no condicionará» sus «decisiones». Eso sí, no irá, ha dicho, a «hacerse la foto» con él.
Tras las reticencias exhibidas hasta última hora por Torra, el anuncio tiene mucho de capitulación
Tras las reticencias exhibidas hasta última hora por Torra, la decisión de acudir tiene mucho de capitulación, pero, formalizado el anuncio con toda la pompa mediante una declaración institucional sin preguntas, se ha servido acompañado de un paquete de medidas con las que satisfacer también a aquellos que le reclamaban desairar al monarca.
Así, tras el intento fallido de conseguir un aparte con el rey que Torra solicitó por escrito el miércoles a la Casa Real, y que el mismo día fue vetado por la Moncloa, el president dice ahora que aprovechará el encuentro para entregarle los informes que el Síndic de Greuges elaboró sobre las violentas cargas policiales con las que se reprimió el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Cordón sanitario
El resto es un verdadero cordón sanitario frente a la monarquía. Tanto la decisión de declarar al rey persona non grata en los actos organizados por la Generalitat y de no acudir también a sus llamadas, como la renuncia de Torra a la vicepresidencia honorífica que, como primera autoridad de catalunya, le corresponde en la fundación Princesa de Girona, presidida por la hija mayor del rey y heredera al trono, Leonor de Borbón, que ostenta el título que da nombre a la entidad.
La entrega de los premios de la fundación, prevista para el próximo jueves, día 28, es precisamente el primero acto convocado la Casa Real que ya no contará con presencia ni de Torra ni de nadie de su gobierno. De hecho, del 26 al 30, el president tiene previsto un viaje a Estados Unidos, encabezando la delegación catalana que participará en el festival de folk organizado en Washington por el Instituto Smithsoniano.
Bestia negra
Tras la caída de Mariano Rajoy, el independentismo ha decidido acentuar el papel de bestia negra que atribuyó a Felipe VI tras su discurso del pasado 3 de octubre, en el que se alineó sin fisuras con la respuesta del gobierno de Rajoy al pulso planteado por el soberanismo y evitó criticar la controvertida actuación policial del 1-O.
Así, siguiendo el hilo del argumentario que ya trazó su antecesor, Carles Puigdemont, Torra alega que no puede haber normalidad en las relaciones institucionales entre el gobierno catalán y la Casa Real hasta que el monarca haga un acto de contrición que, en realidad, nadie espera. «Queremos dignidad y que se respete la voluntad del pueblo de Cataluña», ha insistido.
Alentando las protestas
El Govern haya estado jugueteado toda la semana con la incertidumbre en torno a la decisión de Torra, y también alentando las protestas previstas contra la presencia del monarca tanto hoy viernes en Tarragona como la semana que viene en el Mas Marroch, el centro de convenciones que El Celler de Can Roca tiene en el municipio gironí de Vilablareix, donde el rey tiene previsto entregar los premios Princesa de Girona después de que la alcaldesa de Girona, la neoconvergente Marta Madrenas, se negara a ceder el auditorio municipal para la celebración del acto.