Quim Torra enfría el adelanto electoral tras los resultados del 26-M

El president esgrime los resultados como aval al Govern y anuncia una ronda de contactos con partidos y entidades para trazar un nuevo guión soberanista

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Concluida la primavera electoral, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quiere seguir dilatando la legislatura catalana. Torra, cuyo gobierno cumple un año el próximo domingo día 2 con un exiguo balance, se aferra a los resultados obtenidos por el independentismo tanto en las generales del 28 de abril como en las municipales y europeas del 26 de mayo, que entiende que «avalan» la estrategia del ejecutivo que integran Junts per Catalunya (JpC) y ERC. 

Torra no tiene intención por el momento de avanzar las elecciones, aunque su plan de acción sigue siendo igual de brumoso que hasta ahora. Este miércoles, ha anunciado en el Parlament una ronda de conversaciones con partidos y entidades sociales y económicas que han mostrado «un compromiso firme con la autodeterminación».

El plan es el de siempre: ganar tiempo, en este caso con el pretexto de decidir conjuntamente «el rumbo» a seguir en los meses que faltan hasta que el Tribunal Supremo dicte sentencia en la causa del procés. El fallo se conocerá, previsiblemente, el próximo otoño y Torra confía en él para dar pie a lo que él llama el momentum, es decir, como la espoleta para dar un nuevo arreón al procés que, eso sí, nunca ha concretado tampoco en qué se traduciría.

Torra se refugia en el resultado electoral

En todo caso, y a falta de capacidad de gestión y de acción de gobierno, esa ronda de encuentros le sirve para escenificar una recuperación de la iniciativa política y seguir ganando tiempo. Mientras tanto, Torra se remite al triunfo de los partidos independentistas en las tres citas con las urnas del último mes. Inflándolo, incluso.

El president llegó a afirmar que en las europeas del pasado domingo, el voto independentista superó por primera vez el 50%, aunque el dato es falso: Las candidaturas de JpC y ERC obtuvieron respectivamente el 28,52% y el 21,19%. Es decir, conjuntamente, llegaron al 49,71%. Ni sumándole el 0,14% que obtuvo Piratas de Cataluña, formación que también se ha alineado a menudo con las tesis separatistas, alcanzaría el independentismo esa mitad del voto emitido que esgrime Torra. 

No fue la única falacia en la que incurrió el president en la sesión de control del Parlament a la que se sometió este miércoles. Torra elevó el informe emitido por un grupo de trabajo de Naciones Unidas que pide la excarcelación de los líderes independentistas en prisión preventiva a resolución del secretario general de la ONU.

Torra omite la sentencia del TEDH

En cambio, no hizo ninguna referencia a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que el martes avaló la decisión del Constitucional de suspender un pleno del Parlament previsto el 9 de octubre de 2017 en base a la ya entonces suspendida ley de desconexión. Quien le sacó el tema fue el nuevo presidente del grupo de Cs en la cámara catalana, Carlos Carrizosa, que le entregó un fragmento de la sentencia enmarcado y le instó a colgarlo en su despacho de la Generalitat.

Torra, que se confundió y llegó a llamar «señora Arrimadas» a Carrizosa, que se estrenaba en sustitución de Inés Arrimadas, ironizó con la insistencia de Cs en sacar «cartelitos» en el Parlament y con las «cero alcaldías» que la formación naranja consiguió el domingo, el «mismo excelente resultado de hace cuatro años». «Incluso el PP, que está a punto de desaparecer del país [por Cataluña] les ha adelantado y tiene cuatro alcaldías», remató.

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