Pulso entre la UE y Alemania por la respuesta al coronavirus

Cargos de la Comisión Europea critican a Alemania por parar la exportación de materiales médicos, y otros países miembros reclaman cooperación comunitaria

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Con más de 5.500 casos en los países miembros de la Unión Europea registrados hasta el 6 de marzo, el coronavirus alumbra lunares en la gestión comunitaria de epidemias y despierta nuevos reproches a Alemania. La decisión la llamada locomotora europea de prohibir la exportación de mascarillas –anunciada también por los Ejecutivos de Francia y República Checa–, así como de equipos y uniformes médicos, ha generado cortocircuitos en la reunión de de emergencia de los ministros de Sanidad en Bruselas este viernes.

«Ese no es el espíritu de la Unión Europea», lamentó la titular belga de Salud, Maggie De Block. Decisiones como la de Alemania y Francia conllevan el «riesgo de socavar nuestro enfoque colectivo para manejar esta crisis», criticó el comisario europeo para la gestión de crisis, Janez Lenarčič. La comisaria de Salud, Stella Kyriakidou, reclamó «solidaridad» entre los Estados miembros para evitar desabastecimientos. E Italia, de lejos el país europeo más afectado por el brote, ha pedido ayuda para hacer frente a la escasez de suministros sanitarios.

El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, afirmó a su salida de la reunión de emergencia en Bruselas que es urgente que la UE incremente sus esfuerzos para satisfacer la demanda existente de equipos y materiales, y advirtió de que la falta de coordinación podría disparar los precios de las mascarillas, por ejemplo. Su homólogo español, Salvador Illa, apostilló: «Son especialmente necesarias las medidas que garanticen la disponibilidad de los recursos necesarios para hacer frente al coronavirus como puede ser a través de la compra conjunta».

Con todo, la Comisión Europea no ha convencido a Alemania de retractarse. El ministro germánico de Salud, Jens Spahn, no obstante, ha hecho una oferta: si la UE introduce una prohibición a la exportación de máscaras, guantes, trajes y otros materiales médicos a países no miembros, Alemania podría revisar sus restricciones. El titular sanitario francés, Olivier Veran, en cambio, se rehusó a responder preguntas sobre el veto anunciado por el Gobierno de Emmanuel Macron ante la posibilidad de una situación de escasez.

La inacción de Europa

Hace casi dos semanas, el 24 de febrero –cuando la situación en Italia ya empezaba a angustiar pero aún no era todo lo preocupante que es ahora en el continente–, la CE dijo que estaba examinando la adquisición conjunta de equipos de protección y avanzó que daría mayor apoyo al Comité de Seguridad de la Salud para proporcionar información en toda la UE sobre el coronavirus, la detección y el uso de equipos, entre otros asuntos. La compra conjunta de equipos quedó en el aire, y la crisis sanitaria se tornó inevitable.

Incluso hace una semana, el comisario de Industria, Thierry Breton, preguntó a los países miembros por sus previsiones del impacto en la cadena de suministro de cara a un mes. Pero la situación se ha desbordado, no en un mes; en una semana. El pasado viernes 28 de febrero, España había registrado 32 casos de coronavirus; este viernes 6 de marzo por la tarde, ya eran más de 370. En una semana, se han multiplicado los casos en el país por más de once, y en Italia –con más de 4.000 casos– ha sido mucho peor.

«La falta de máscaras protectoras y todo el equipo de protección y desinfectante es realmente preocupante», manifestó el ministro checo de Salud, Adam Vojtěch, antes de la reunión del viernes en Bruselas. En Alemania, el Gobierno dio permiso a las farmacias de mezclar sus propias soluciones desinfectantes dada la previsible escasez. Y los desabastecimientos de medicinas son cada vez más viables, debido a la dependencia de la UE a China e India, una situación que precede al coronavirus pero que ahora se ha magnificado.

Cruce de mensajes

Cargos alemanes y franceses han aprovechado la oportunidad para recordar a la CE de la necesidad de traer de regreso a Europa la producción de medicamentos. Francia importa en torno al 40% de los ingredientes para medicinas de China. Y la India empezó esta misma semana a recortar sus exportaciones sanitarias como medida de prevención. «Esto no se resolverá mañana, pero debemos empezar la discusión hoy para que tengamos una solución después de mañana», dijo el ministro austriaco de Salud, Rudolf Anschober.

Las controvertidas decisiones de Alemania y Francia, por ejemplo, han sido criticadas, pero no son ilegítimas: los Estados miembros pueden parar las exportaciones en situaciones de emergencia. Y Europa ha entendido el mensaje poniendo en práctica su hasta ahora teoría de la cooperación y solidaridad para afrontar el coronavirus. La comisaria Kyriakides finalmente anunció el viernes por la tarde que la CE ha pedido ofertas para la adquisición conjunta de materiales médicos para «ayudar a 20 Estados miembros», señalando que espera tener novedades a principios de la próxima semana.

Pero Kyriakides también ha lanzado una insinuación sobre los efectos de la insolidaridad. «Todos debemos ser conscientes de que la falta de solidaridad hacia los socios europeos en cualquier aspecto de la crisis actual puede traer una falta de solidaridad en el futuro. Cualquier Estado miembro podría enfrentar las mismas dificultades mañana. Y quiero aprovechar esta oportunidad para enfatizar que trabajar juntos solo nos hace más fuertes contra el virus, así sea que se trate de equipos de protección o médicos o medicamentos», ha señalado la comisaria.

 

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Alessandro Solís Lerici

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