Puigdemont y Torra capitulan ante ERC para cerrar el caso De Gispert

El Govern formaliza la retirada de la Creu de Sant Jordi a Núria de Gispert tras una semana de crisis que ha tensado las relaciones entre JpC y Esquerra

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La carta con la que Núria de Gispert asumía el lunes la renuncia a la Creu de Sant Jordi ha permitido cerrar una nueva crisis en el seno del Govern. Este martes, la Generalitat ha formalizaco la retirada del reconocimiento concedido la semana pasada a la expresidenta del Parlament; la portavoz del ejecutivo, Meritxell Budó, ha remarcado que la decisión se ha tomado de manera unánime, y el expresident Carles Puigdemont ha salido a la palestra para darle el placet desde Waterloo.

El govern finiquita así, con una resolución facilitada por un movimiento de la propia de Gispert, un episodio que ha vuelto a tensar la cuerda entre los socios de Junts per Catalunya (JpC) y ERC. Porque mientras los primeros, con Torra al frente, cerraban filas en defensa de la expresidenta del Parlament, los segundos insistían en criticar abiertamente el tuit con el que, apenas un día después de recibir la distinción, reincidía en sus ataques de tintes xenófobos, esta vez comparando con cerdos a Inés Arrimadas, Juan Carlos Girauta, Enric Millo y Dolors Montserrat.

De Gispert borró el mensaje y el president Quim Torra, preguntado por la cuestión, se aferró a eso para dar el asunto por zanjado y cerrar la puerta a retirarle la Creu de Sant Jordi, como habían pedido Cs y el PSC, que además planteó someter la cuestión a una votación en el Parlament. Torra dejaba claras sus intenciones al lado de Puigdemont, al que había acudido a visitar a Bélgica, y que con su silencio avalaba el planteamiento de su sucesor.

El problema con ERC

Pese a la postura exhibida por el president, la polémica seguía en carne viva. Principalmente, porque sus socios de Esquerra no tenían intención de pasar página, pese a que De Gispert es miembro de Demòcrates de Catalunya, formación integrada en el grupo de Esquerra en el Parlament.

La respuesta de los de Oriol Junqueras al empecinamiento de JpC en defensa de la expresidenta de la cámara catalana fue insistir en sus reproches a la conducta de la reincidente De Gispert, vertidos por varios consellers de Esquerra –cuya insistencia contrastaba con el mutismo de los de JpC- e insinuar que estaban dispuestos a avalar en el Parlament la propuesta de los socialistas que instaba al ejecutivo a retirarle la distinción, y que los de Miquel Iceta querían someter a votación en el pleno de esta semana.

Este mismo lunes, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, insistía en esa línea horas antes de que la protagonista de la polémica cortara por lo sano con una carta abierta publicada en El Punt Avui. O lo simulara, porque en realidad, De Gispert no renunciaba en su texto a la Creu de Sant Jordi, sino que hablaba de la misma como si de un cargo se tratara y la ponía “a disposición” de Torra y de su gobierno.

Pero no hubo lugar a dudas. La misma noche, el govern aprovechaba el pase al hueco y anunciaba que aceptaba la renuncia mediante un mensaje en Twitter de su portavoz. Y este martes, el consejo ejecutivo modificaba en su reunión semanal el decreto de concesión de las Creus de Sant Jordi de este 2019, en una decisión que Budó remarcó que fue tomada “por unanimidad”.

La semana pasada, preguntaba por viejos tuits en los que De Gispert había pedido a la líder de Cs, Inés Arrimadas, que se fuera de Cataluña, Budó replicó: “No ha hecho falta que nadie la mande a Andalucía porque se ha marchado ella sola a Madrid”. Este martes, en cambio, el tono había mudado. El govern considera que el tuit de los cerdos fue un mensaje “del todo desafortunado” y “un error que lamentamos”, en palabras de la misma portavoz, que, eso sí, elogió la actitud de la autora del mismo al dar pie a que se le retirara la distinción. “Es un gesto valiente que le honra”, remató.

Poco antes de la comparecencia de Budó, el propio Puigdemont avalaba también la retirada del reconocimiento. Entrevistado en RAC-1, afirmó que él “habría hecho lo mismo” que Torra y su gobierno y elogió la trayectoria «incuestionable» de la expresidenta del Parlament, de la que dijo que se le ha hecho pagar “muy caro” un “error” y que ha tenido “una actitud honorable”. Sea como sea, por una vez Torra y Puigdemont han pasado por el aro colcocado por sus socios de ERC.

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