Puigdemont suma otro fracaso en la internacionalización del ‘procés’
La Casa de la Generalitat en Perpiñán se replantea su relación con el ayuntamiento francés tras perder las elecciones el candidato apoyado por Puigdemont
En cuatro meses, Perpiñán ha pasado de tener un gobierno que recibe con todos los honores a Carles Puigdemont a elegir con amplia mayoría (el 54% de los votos) a un candidato a alcalde antiindependentista y de derecha extrema. El municipio francés —que el separatismo sitúa en la «Cataluña del Norte» en el mapa de los imaginarios «Països Catalans»— fue a finales de febrero el escenario de un mitin del expresident de la Generalitat, que ante la imposibilidad de entrar en España sin ser detenido se conformó con un acto en el parque de exposiciones de la ciudad de los Pirineos Orientales.
El alcalde de Perpiñán en aquel entonces era el conservador Jean Marc Pujol, un portador del lazo amarillo en pro del excarcelamiento de los políticos presos catalanes que recibió con brazos abiertos a Quim Torra en agosto de 2018 y en el pasado invierno a Puigdemont, a quien entregó una medalla de honor y acompañó fervientemente a su paso por la localidad francesa. El favor del alcalde y su afinidad con el independentismo facilitó las cosas al Consell per la República, el gobierno paralelo del expresidente catalán fugado que organizó ese mitin de febrero en un espacio público.
Ya antes se había celebrado la Diada del 11 de septiembre en el Palau Pams, otro espacio de propiedad municipal. De hecho, el plan era volver a celebrar la fiesta de Cataluña allí este año, pero el resultado electoral lo cambia todo, como ha admitido desde la delegación del Govern en Perpiñán. Puigdemont, que había pedido el voto para Pujol, no ha convencido a la población perpiñanesa, puesto que ha ganado las elecciones Louis Aliot, de la Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional), el partido presidido por Marine Le Pen. Y, con ello, el separatismo entiende que acaba la bondad del ayuntamiento.
El director de la Casa de la Generalitat en la ciudad francesa, Josep Puigbert, ha confirmado este lunes que ya se replantea las «buenas relaciones» que mantenían con el gobierno municipal. «Una primera consecuencia es que volveremos a celebrar la Diada en la Casa, en vez de hacerlo en el Palau Pams, que es propiedad municipal», ha adelantado. Así las cosas, si Puigdemont tiene planes de volver a celebrar otro mitin multitudinario en Perpiñán, como parte de su plan de internacionalización del procés, ahora sabe que no será tan fácil pues al nuevo alcalde no le gustan los lazos amarillos.
«La capital del republicanismo catalán»
El nuevo alcalde previsiblemente tampoco viajará a Bélgica para reunirse con el expresident y otros dirigentes de la «Cataluña Norte», como hizo Pujol en octubre de 2019, lo que también se enmarca en esas maniobras de internacionalización del llamado conflicto catalán. Aliot tomará la dirección opuesta: «No quiero que los problemas catalanes y españoles vengan a Perpiñán a complicarnos la vida. Tenemos que vigilar los enfrentamientos de los independentistas en Francia», dijo el pasado mes de enero en una entrevista con La Vanguardia que sirve como preámbulo para lo que señala Puigbert.
«La gran capital de las libertades democráticas y del republicanismo catalán», como definía Puigdemont a Perpiñán la semana pasada en una carta en la que pedía el voto para el exalcalde Pujol, es para Puigdemont una «plataforma democrática para las aspiraciones de libertad del pueblo catalán». «Cuando las instituciones catalanas del sur han peligrado, las instituciones norcatalanas se han vuelto a solidarizar con nosotros, como siempre habéis hecho, para que Cataluña pueda tener voz y fuerza a nivel internacional», añadía el líder independentista fugado, que ahora lamenta el resultado de los comicios.