Puigdemont, a Torra: o hace la república o elecciones «refrendatarias»
Carles Puigdemont exige al Govern que dé pasos hacia la independencia y advierte a Oriol Junqueras de que si hay elecciones, deben ser plebiscitarias
Carles Puigdemont puso a dedo a Quim Torra al frente de la Generalitat de Catalunya para poder marcarle el camino desde su casa de Waterloo. El expresident ha ido dando las pautas a su sucesor, que ha ido más veces a Bélgica que al resto de Europa en el año y medio que lleva de presidente catalán. Pero su labor no convence al ala más dura del independentismo, y tampoco a Puigdemont, que se ha puesto duro.
La ANC, la CUP y los CDR han criticado la acción del Govern y de Torra porque no da pasos hacia la independencia. Por no “hacer república”, usando su argot. La gestión de Torra se ha basado en la escenificación y en subrayar la confrontación con el Estado, pero tiene las manos atadas para hacer políticas para la autodeterminación.
Justo en la casa Waterloo, donde tantas veces se han visto Puigdemont y Torra, tiene la sede el Consell de la República, órgano creado por el primero junto con los exconsellers fugados. Este sábado, el consejo ha hecho público un comunicado para marcar su posicionamiento con respecto a la situación actual y endurecer sus exigencias al Govern. También pide al Gobierno de Pedro Sánchez que dialogue, pero para negociar la independencia, lo que sería la rendición de España, y la mediación de la comunidad internacional.
Puigdemont pide a Torra y las instituciones que avancen hacia la república y asegura que sacará al pueblo a la calle para presionar
El Consell de la República es claro en su mensaje a los políticos independentistas. El organismo “insta” tanto a las instituciones como a la sociedad civil a “preparar las medidas y actuaciones necesarias para materializar el mandato popular para la independencia”. Es decir, que camine para desarrollar las estructuras necesarias para la creación de un estado catalán.
Esta orden de Puigemont y sus fieles va con una advertencia: sacaremos a la gente a la calle para exigir que se cumpla el mandato del 1-O. El consejo considera la manifestación de la última Diada una nueva demostración de fuerza del pueblo de Cataluña, pese al evidente descenso del número de participantes, y quiere aprovecharlo para presionar al Parlament y el Govern desde la Casa de la República en Waterloo.
El Consell de la República “llamará al pueblo de Cataluña a movilizarse para acompañar la acción de las instituciones catalanas para materializar este mandato, ejerciendo los derechos civil esenciales en un sistema democrático consolidado, así como la desobediencia civil cuando sea necesaria”. Eso sí, “siempre dentro del marco de la lucha no violenta”.
Puigdemont avisa a Junqueras sobre las elecciones
Sobre el debate de si elecciones sí o no, si como respuesta a la sentencia del juicio del 1-O o en caso de que la Generalitat no pueda aprobar de nuevo los presupuestos, Puigdemont ya se mostró poco partidario de elecciones. Ello le valió una dura respuesta por parte de Oriol Junqueras, que desde la cárcel dictó un tuit en el que cuestionaba que votar debilitara las instituciones, como había dicho el expresident.
El consejo que preside ahora Puigdemont se ha vuelto a pronunciar sobre las elecciones. Ha huido de ponerles fecha y ha evitado el debate de en qué caso deben o no celebrarse. Pero sí ha puesto una condición nada desdeñable y que, más que un aviso a Torra, es un toque a ERC, que quiere ganarlas para buscar opciones de gobierno efectivo en Cataluña sin olvidar el diálogo sobre la autodeterminación.
“Mientras el mandato derivado del referéndum no se haya materializado plenamente”, es decir, mientras no se haga la independencia, “cualquier elección al Parlament tendrá carácter refrendario”. Por tanto, no contempla unas autonómicas al uso sino una especie de repetición del referéndum pero con partidos. Puigdemont prepara así el terreno al independentismo radical para acusar a ERC de romper la unidad si plantean las elecciones de otra manera.
La guerra entre ERC y JxCat, aunque especialmente con Puigdemont y su entorno, es feroz. Las discrepancias con Junqueras se han hecho públicas en numerosas ocasiones, y la última, ya comentada, fue sonada. Este mismo sábado, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, pese a que quiso ser conciliadora, se le escaparon frases que evidencian este choque.
En una entrevista, Vilalta admitió que en el ámbito independentista, actualmente “encontrar consensos es difícil” y añadió que ERC y JxCat, socios de gobierno, tienen “muchas discrepancias”. La portavoz republicana incluso no se atrevió a dar respuestas alternativas a la sentencia del 1-O por miedo a que “se líe otra vez”.
Los independentistas piden un diálogo condicionado
El comunicado tenía también peticiones para el Gobierno de Pedro Sánchez, o el que venga, y bastante ambiciosas. Propone una solución al conflicto catalán que pasaría por la rendición de España con un mediador independiente, pues pide diálogo pero con un apriorismo: que el Estado acepte el resultado del referéndum del 1-O.
El consejo presidido por Puigdemont propone “una plataforma de negociación para la resolución del conflicto” que se base en tres condiciones. La primera es “el reconocimiento, por parte del Estado, del derecho a la autodeterminación, que el pueblo catalán ejerció el 1 de octubre de 2017”. La segunda es el respeto por los derechos civiles y políticos y la tercera una mediación neutral. Además, pide a la UE que vele porque España cumpla con los principios democráticos.
El Consell de la República fue uno de los inventos del expresidente catalán desde que declaró y suspendió la república y huyó hace casi dos años. Su objetivo es “mantener vivo el mandato del 1-O”, trabajar hacia la república, internacionalizar el procés y llevar a cabo “acciones estratégicas de ofensiva jurídica para defender los derechos del pueblo catalán”.
El propio Puigdemont preside este organismo, mientras que el vicepresidente es Toni Comín, el que fuera conseller de Salut huido con el expresidente a Bélgica. El consejo de gobierno de la institución cuenta también con Clara Ponsatí y Lluís Puig, exconsellers huidos, Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, y políticos como Toni Morral, íntimo de Puigdemont, Antoni Castellà y Marta Sibina, exdiputado de Podemos en el Congreso.