Primera reacción de Podemos tras la debacle: Iglesias es intocable

La hecatombe de las confluencias de Podemos en las elecciones vascas y gallegas de este domingo apenas ha inmutado a Pablo Iglesias, que, de hecho, tardará varios días en reunir a la ejecutiva de su partido para analizar su desaparición en el Parlamento de Galicia (de 14 diputados a 0) y su caída en en el del País Vasco (de 11 escaños a 6).

Pero ya hay algo que está claro: Iglesias es intocable. Aunque la portavoz de Podemos, Isa Serra, asumió este lunes el «mal resultado» de su formación también subrayó, a continuación, que la dirección de Podemos fue votada hace apenas dos meses en su tercera asamblea ciudadana (Vistalegre III).

«Acabamos de tener una asamblea ciudadana en Podemos que ha revalidado la dirección que tenemos actualmente. Esa dirección junto con nuestros compañeros en Euskadi y Galicia tendremos que tener una reflexión para salir más fuertes para el futuro», se limitó a responder la portavoz de Podemos este lunes a la pregunta de si la cúpula del partido piensa asumir responsabilidades.

Podemos y las respuestas de manual

Al estilo de la política más convencional, Serra habló sobre la necesidad de hacer «autocrítica» y de buscar explicaciones sobre los malos resultados obtenidos en «muchas causas».

«Los resultados no se basan en una causa concreta, la realidad es compleja, hay muchas causas y lo que nos toca es tener una reflexión colectiva para estar más fuertes en el futuro», dijo Serra.

Los principales dirigentes de Podemos (Pablo Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique) han evitado cualquier tipo de contacto con los medios para explicar la contundente caída de su formación en la doble cita electoral de este domingo en País Vasco y Galicia.

De Errejón a Espinar

Figuras alejadas de Iglesias que habían estado en la primera línea del partido no se han mordido la lengua. Íñigo Errejón, por ejemplo: «Podemos ya no existe. Existe una cosa que se llama Unidas Podemos y que tiene los resultados de siempre de IU». Y Ramón Espinar: «Endogamia, incapacidad para llegar a acuerdos, sectarismo, agresividad indiscriminada con los medios, expulsión sistemática de la disidencia y el talento, burocratización que impide desarrollar iniciativas locales, autoritarismo… La autocrítica es fácil de hacer».