Hecatombe de Podemos: País Vasco y Galicia castigan a Iglesias
La formación morada desaparece del Parlamento de Galicia y pierde la mitad de sus escaños en Euskadi
Pablo Iglesias se ha convertido en el gran perdedor de las elecciones de este 12-J. Ha sido una campaña electoral en la que las informaciones del caso Dina que ponen en cuestión el relato de Podemos sobre las cloacas del Estado han coincidido con sus choques con los medios de comunicación, y pese al esfuerzo del vicepresidente segundo del Gobierno para utilizar este momento a su favor, Galicia y País Vasco le han castigado, y como nunca antes.
La marca Galicia en Comú ha desaparecido del Parlamento autonómico en un tiempo récord y a pesar de que venía de ser la tercera fuerza con 14 escaños. Y en Euskadi, Elkarrekin Podemos ha perdido casi la mitad de sus representantes: pasa de tener 11 a 6 escaños. EH Bildu se ha beneficiado de su caída, convirtiéndose en segunda fuerza en el Parlamento Vasco, con 21 diputados, su mejor resultado histórico.
Elkarrekin Podemos, que ha tenido cuatro secretarios generales en cinco años como resultado de las relaciones con el entorno de Iglesias, fue en algún momento la fuerza más votada en País Vasco. En las elecciones generales de 2016, los vascos le dieron más escaños en el Congreso que cualquier otro partido, incluso por encima del PNV. Pero la caída libre empezó desde entonces y, tras los múltiples cambios en la formación (actualmente dirigida por afines a Iglesias), sufre una grave sangría en la comunidad.
El divorcio entre Podemos y Mareas y Equo en Galicia ha golpeado fuertemente al espacio de la izquierda en la comunidad que seguirá gobernando Alberto Núñez Feijóo. Galicia en Común pasó de ser una confluencia de numerosos colores y voces a ser tan solo la coalición de Podemos e Izquierda Unida, y con ello se ha borrado del Parlamento durante la siguiente legislatura. Los nacionalistas del BNG se benefician de su caída, más que triplicando sus representantes hasta los 19.
Sánchez vence a Iglesias
Elkarrekin Podemos tenía hasta ahora más escaños que el PSE en País Vasco, y estaba muy cerca del partido de Pedro Sánchez en Galicia. Esto ya no es así y los socialistas pueden tratar ahora a los morados como una formación ya no mediana, sino pequeña, y en caída.
La fortaleza política del segundo partido del Gobierno de coalición queda muy tocada tras estos comicios, indicando que la presencia de Pablo Iglesias en el Ejecutivo no ha servido para robustecer su influencia en el electorado de izquierdas.
Tras varias semanas de malas noticias para la formación del vicepresidente, las elecciones vascas y gallegas ahondan en la herida de los morados, cuyas tensiones internas siempre suelen despertarse por diferencias con la cúpula que Iglesias ha formado a su medida.