PP, Ciudadanos y Vox desvelan el eje de su campaña
Tras el anuncio electoral del 28 de abril, los partidos de la oposición dedican sus primeros de mensajes a hurgar en la alianza del PSOE con el soberanismo
La precampaña ya está aquí y una parte de su guion ya está escrito. Así lo demostraron PP, Ciudadanos y Vox este mismo viernes, que convocaron a los medios a toda velocidad para reaccionar al anuncio de Pedro Sánchez de celebrar elecciones generales el 28 de abril. Una primera idea se va a instalar inevitablemente a lo largo de las próximas semanas y es la denuncia de las cesiones de Sánchez al soberanismo.
«El 28 de abril tenemos que elegir si queremos un modelo que negocie con Torra o el 155», dijo el presidente del PP, Pablo Casado. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también quiso mostrar su firmeza ante el independentismo: «Si soy presidente del Gobierno, los separatistas no van a conseguir ni agua». El líder de Vox, Santiago Abascal, se conformó con un tuit: «La España Viva ha derrotado por fin una legislatura infame que empezó con un gobierno incapaz y cobarde, y termina con un gobierno ilegítimo y traidor».
Los mensajes de Casado, Rivera y Abascal intentaron continuar castigando el hígado del PSOE, que en los últimos meses ha sufrido las consecuencias de su aproximación a los soberanistas. Ocurrió con las elecciones de Andalucía, cuya campaña estuvo condicionada por las cesiones de Sánchez al independentismo y que acabaron desalojando del poder al PSOE tras cuatro décadas de hegemonía.
El malestar del PSOE
Pesos pesados del PSOE comenzaron a manifestar a partir de ese momento su preocupación por el rumbo del PSOE al considerar la credibilidad de los socialistas ante los españoles caía en picado. Pero la situación continuó empeorando.
La pasividad del Gobierno ante los cortes de carretera de los CDR multiplicó el malestar. Y Sánchez no tuvo más remedio que endurecer el discurso ante el presidente de la Generalitat, Quim Torra. «El Gobierno no aceptará que se produzca cualquier dejación de funciones», afirmó Sánchez, que comenzó a enviar cartas a la Generalitat y a subrayar la amenaza de enviar policías a Cataluña para asegurar el orden.
El presidente del Gobierno dio así por controlado el fuego y, semanas después, retomó el diálogo con los soberanistas. Pero la trascendencia de la figura de un relator, ajeno a las instituciones, para articular el diálogo con el independentismo desató las protestas de dirigentes del PSOE y, por supuesto, de la oposición.
Con todo ello, PP, Ciudadanos y Vox han reunido artillería sufiiciente para disparar contra un presidente que ha «traicionado» España, por emplear alguna de sus expresiones. A lo largo de las próximas semanas se escucharán muchas más en el mismo sentido.