Casado coloca en el alambre nueva prórroga del estado de alarma

El líder del PP, Pablo Casado, ha explicado este lunes que no dará su apoyo a otra prórroga del estado de alarma decretado ante la pandemia de coronavirus ya que «no tiene ningún sentido». El secretario general ‘popular’ ha asegurado que su partido está en contra, tal y como ya adelantó este domingo uno de los barones de la formación, el presidente gallego, Alberto Núnez Feijóo, que pidió el fin de las medidas de confinamiento. 

Este lunes ha entrado en vigor la fase 0 de la desescalada en la práctica totalidad del territorio español. Este nuevo escenario incluye la reapertura de establecimientos de pequeño comercio como locales y restaurantes que sirvan comida.

Al respecto, Casado ha señalado en una entrevista en Onda Cero que, en su opinión, es «poco compatible que se diga que se puede tomar un vermú y haya medidas de restricción de la libertad».

El líder popular ha remarcado que su postura no es inamovible, aunque con la infromación de la que dispone «a día de hoy» no va a apoyarla. 

Según Casado, ya no es necesario seguir manteniendo el estado de alarma, decretado el apsado 14 de marzo ante la creciente evolución de la curva epidemiológica del Covid-19. Asimismo, considera que en la legislación ordinaria existen suficientes mecanismos para mantener las competencias o limitar la movilidad de la población.

Desvincular las ayudas, la clave para Casado

Casado ha exigido como condición para negociar su cambio de postura que el Gobierno «desvincule» la prórroga del estado de alarma de las ayudas para los «millones de españoles que la necesitan», tanto a través de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) como en las concedidas a las empresas.

En este sentido, el líder del PP ha acusado a Sánchez de «tomar como rehenes» a los parados -más de 3,5 millones según los últimos datos de marzo– y a todos los ciudadanos que estén recibiendo algún tipo de prestación social.

Casado considera que Sánchez está realizando un «chantaje» ya que así pretende «presionar» a la oposición para que haya otra prórroga. Algo que según el líder de la oposición, «no es ético, sino inmoral».