Ofensiva de Iceta y Marín para frenar a Puigdemont
El líder del PSC y la alcaldesa de L’Hospitalet, que mantiene reuniones a diferentes bandas en Madrid, buscan cómo frenar a Puigdemont
Los socialistas están trabajando sin descanso para lograr un objetivo ahora muy complicado: que el presidente Carles Puigdemont no diga que declaró la independencia, y que, por tanto, el Gobierno español no aplique el artículo 155 de la Constitución, que se considera una bomba sin saber nada sobre sus posibles consecuencias.
La ofensiva es total por parte de los socialistas, que se mueven en Madrid y Barcelona. Miquel Iceta mantiene contactos con todos sus interlocutores habituales en el Gobierno, con una especial relación con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Pero quien ha protagonizado en las últimas horas un auténtico esfuerzo para buscar un diálogo sincero es la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, que, tras participar en la recepción del rey Felipe el día 12 de octubre, se ha quedado unos días y ha regresado este sábado desde Madrid a su localidad catalana.
Núria Marín regresa este sábado de Madrid con la idea de que Rajoy quiere iniciar un diálogo sincero
Marín pudo hablar con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y con el rey en la recepción, pero también horas antes con otros interlocutores del Gobierno y del PP. Y, posteriormente mantuvo otros contactos que le llevan, según fuentes socialistas, a asegurar que ha constatado que Rajoy tiene un verdadero afán de mantener un diálogo con el gobierno catalán, pero que todo depende de Puigdemont.
Es el mensaje que también traslada Iceta, que conseja a Pedro Sánchez en todo lo relacionado con el conflicto político con el gobierno catalán. La idea es clara: el Gobierno busca reenfocar el conflicto, con el PSOE, con una reforma de la Constitución, que será más o menos creíble en función de la participación de los partidos independentistas. Y eso, para empezar, pasa por la respuesta de Puigdemont este lunes a Rajoy. Si considera que no hubo declaración, empieza un partido nuevo. En caso contrario, se inicia la aplicación del 155 de la Constitución, un camino que nadie sabe cómo puede acabar, porque es, precisamente, lo que quiere un sector importante del independentismo, como la ANC o la CUP, para protagonizar manifestaciones, concentraciones y algaradas en la calle.
Los socialistas buscan un doble objetivo, ni declaración de Puigdemont ni 155, y que se convoquen elecciones
Se trata de una especie de chantaje porque ese soberanismo que quiere ya la proclamación de la república cree que el Gobierno no podrá iniciar una operación de represión, que provocaría la reacción de la Unión Europea y una subida de la prima de riesgo de la deuda española que pondría las cosas muy difíciles, no sólo para el estado español, sino para toda la zona euro.
Núria Marín se ha convertido en las últimas semanas en una pieza esencial para encontrar una vía de diálogo. A Marín la llamó directamente Rajoy, tras el reproche de la alcaldesa socialista a Puigdemont por presionar a los alcaldes para que cedieran locales para el 1-O. Y a Rajoy le dijo dos cosas, que estaba con la legalidad, pero que el presidente había sido responsable también de llegar hasta aquí por su pasividad durante los últimos cinco años. A lo largo de ese día, y tras las cargas policiales en colegios de su localidad, Marín salió a hablar con los vecinos, mostrando su rechazo por la actitud represiva por la policía. Y mantiene la posición, como Iceta, de que se deben producir dos hechos: ni declaración de independencia, ni 155. Y que, en todo caso, se convoquen ya elecciones en Cataluña para reiniciar un camino que se pegue a la legalidad.