España, la UE y Mauritania se alían para controlar el flujo migratorio
Pedro Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen firman acuerdos con el mandatario de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani para mejorar la estabilidad política en la región del Sahel
El jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, se desplazaron este jueves a Nuakchot para cerrar con el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, una serie de acuerdos y proyectos destinados a mejorar el desarrollo del país y, por ende, garantizar la estabilidad del país y controlar el flujo migratorio.
En un momento en el que Mauritania «paga un precio muy alto por la situación tan inestable en la región» por la llegada masiva de refugiados de países del entorno, como reconoció Ghazouani, España eleva sus proyectos de desarrollo y ayuda hasta los 300 millones, según anunció Sánchez, mientras Bruselas cifró la aportación en un total de 210 millones de euros de aquí a finales de año.
«Estamos comprometidos con la lucha contra la inmigración», pero «estamos empezando a ser también un país de destino, no solo de paso», alertó el presidente mauritano en la declaración conjunta de los tres mandatarios tras las reuniones celebradas en el Palacio Presidencial.
Mauritania, como recordó Von der Leyen, tiene ya 150.000 refugiados en su territorio, un país que tiene el doble de extensión que España pero solo una décima parte de la población, llegando a superar los 4 millones de habitantes.
Ante el incremento de llegadas de personas a las costas canarias de los últimos meses (el pasado mes de enero lo hicieron 6.000 migrantes, de los que el 83% había partido de Mauritania), la UE y España han puesto el foco en la situación de la única democracia del Sahel.
El presidente mauritano destacó que «para garantizar la estabilidad del Sahel tenemos que trabajar todos juntos», mientras Von der Leyen destacó que Mauritania juega un «papel primordial para garantizar la estabilidad en la región». Por su parte, el presidente español admitió ser «bien consciente de que Mauritania sufre en primera línea las consecuencias de esta situación» y ensalzó que Mauritania desempeña un «papel fundamental» como un «referente de estabilidad» democrática en el Sahel.
Esta es, remarcó Sánchez, «una región crucial para España y para Europa», máxima ante la «creciente inestabilidad política, los diferentes conflictos, y la falta de seguridad en esta zona están afectando de manera directa a Mauritania y a todos nosotros».
«Estamos siendo testigos de la caída de gobiernos democráticos, el auge de ataques terroristas, el rápido aumento del número de refugiados y de desplazados internos, y el empeoramiento de una ya de por si aguda crisis alimentaria», afirmó Sánchez, y esa es «la razón por la que tenemos que trabajar juntos y con una estrategia integral si queremos hacer frente a estos problemas de manera exitosa», concluyó.
Según el comunicado conjunto, los dos líderes europeos se comprometieron a brindar a Mauritania el apoyo necesario para fortalecer su papel central y positivo en la subregión y su capacidad para hacer frente de manera efectiva a los «múltiples desafíos» de seguridad y económicos, dentro de un marco de desarrollo «inclusivo y sostenible».
Además, los tres mandatarios celebraron este «nuevo paso en la construcción de relaciones sólidas, diversificadas y mutuamente beneficiosas».
Por último, según el comunicado conjunto, los tres líderes compartieron las mismas preocupaciones sobre el crecimiento de la inestabilidad, que pone en peligro cualquier esfuerzo de desarrollo.
Von der Leyen reafirmó así el apoyo de la UE a las fuerzas de defensa y seguridad de Mauritania, especialmente a través de equipamiento y de la formación de un nuevo batallón mauritano de lucha contra el terrorismo. Al mismo tiempo, expresó su voluntad de contribuir en el marco de esfuerzos conjuntos para que el Colegio de Defensa del G5-Sahel continúe sus actividades.
Los tres líderes subrayaron la importancia de ayudar a las fuerzas de seguridad mauritanas en su lucha contra el tráfico de migrantes, mientras España y Mauritania ya están trabajando en programas de migración circular, donde se desarrollarán proyectos piloto similares a los que ya se desarrollan en Centroamérica.