Mas ordena una caza de brujas en los Mossos d’Esquadra
El departamento de Interior de la Generalitat tiene orden de identificar a un supuesto topo del CNI
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha ordenado al departamento de Interior que prácticamente organice una caza de brujas en los Mossos d’Esquadra para identificar un posible topo, según ha sabido este diario de fuentes policiales.
En el palacio de Sant Jaume sospechan que alguno de los integrantes de la brigada de contra vigilancia trabaja, en realidad, para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Santamaría, en ventaja
Al gobierno catalán le urge localizar a este funcionario para cortar el cauce de información comprometida hacia Moncloa. Se sospecha que, aunque no recabe datos directamente, el infiltrado sí facilita que sus compañeros la obtengan.
La vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría está al mando político de los espías españoles y recibe cada mañana un completo dossier confidencial sobre los próximos pasos de Mas en relación al proceso soberanista.
El cerco dista de estrecharse
El topo se habría ganado la confianza de los mandos desde hace meses –incluso años– facilitando información poco sensible aunque exacta, surgida de supuestas investigaciones, sobre la actividad en Cataluña de los servicios de inteligencia españoles.
En esta situación, según las mismas fuentes, estarían varios policías, de modo que el cerco dista de estrecharse. No se han obtenido pruebas concluyentes en las investigaciones discretas que los Mossos han desarrollado hasta la fecha; así que se ha ordenado que se redoblen los esfuerzos.
De posibilidad a certeza
La posibilidad de que “Madrid” espíe a Mas ha evolucionado de rumor a realidad admitida. En junio, los Mossos reforzaban la brigada de contra espionaje que acompaña al presidente de la Generalitat con más agentes especializados.
Este lunes, el propio responsable político de la institución policial, Albert Batlle, confirmaba los casos de espionaje. La consejería de Interior también ha destinado más recursos a este grupo de policías autonómicos para levantar una muralla entre Mas y los periodistas que le investigan por el caso Pujol.