El entorno de Pedro Sánchez urge el pacto con ERC
Ministros y personas de confianza de Pedro Sánchez piden celeridad en las negociaciones de cara a la investidura, que debe celebrarse "lo antes posible"
Tras conseguir el aval de su militancia, Esquerra Republicana (ERC) ha confirmado que se reunirá este jueves con un equipo del PSOE para negociar la investidura de Pedro Sánchez. La formación independentista demandaba una mesa de negociación «entre iguales», «de Govern a Gobierno», tal y como afirmó el coordinador general, Pere Aragonés. Al respecto, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado que las condiciones planteadas por los republicanos se podrán llevar a cabo siempre que tengan «encaje constitucional».
La actitud del entorno de Pedro Sánchez es la de acometer con cierta urgencia las negociaciones con el partido de Oriol Junqueras, ante el miedo de abocarse a unas terceras elecciones y a un mayor crecimiento del espacio de la derecha. Si por un lado el titular del Interior dice que «sólo hay un Gobierno posible», por otro Merixtell Batet pide celeridad en el proceso. La presidenta del Congreso ha pedido celebrar la investidura «lo antes posible», «con urgencia» y «a poder ser antes de las Navidades», aludiendo a la «responsabilidad» de todos los partidos.
Tras la consulta de ERC a sus bases y la convicción de que la formación independentista finalmente aceptará su oferta de diálogo (un concepto que por sí solo despierta diferencias entre ambos partidos), los ministros y personas de confianza del presidente del Gobierno en funciones empiezan a apurar. «España necesita» formar Gobierno, ha asegurado Batet este martes, defendiendo que solo una coalición entre PSOE y Unidas Podemos «apuesta por el diálogo, porque son los únicos partidos que apuestan por el diálogo en nuestro país».
«La legislatura debe echar a andar»
Pere Aragonés desgranó las «cuatro patas» sobre las que se debe sustentar la mesa en un artículo publicado el pasado domingo en La Vanguardia. A su juicio, una negociación con el PSOE debería estar basada en unas conversaciones «de reconocimiento» –es ahí donde plantea la relación «de igual a igual» entre la Generalitat y el Ejecutivo central– y también en un «diálogo sincero». Además, pide que «no haya condiciones» y plantea la necesidad de retomar la idea de un referéndum que tenga un «respaldo ciudadano amplio y transversal».
Marlaska considera que estos términos son viables si se tiene en cuenta la Constitución. De hecho, ha asegurado que los socialistas se han movido «siempre» en los márgenes del documento, y ha recalcado que siempre y cuando ERC plantee unas condiciones respaldadas constitucionalmente, la negociación de investidura será «factible». Ante la inminente reunión del jueves, Marlaska cree «en la bondad de todo el mundo» y ha expresado que «todos los partidos deben ser conscientes de que la legislatura debe echar a andar».
El PSOE alcanzó un preacuerdo con Unidas Podemos en tiempo récord. Solo dos días después de las elecciones del 10-N, Sánchez y el secretario general de la formación morada, Pablo Iglesias, construyeron una nueva hoja de ruta sobre la base del documento que provocó la ruptura total entre ambos y que propició la convocatoria de los últimos comicios. Desde entonces, los socialistas se han centrado –tras algún coqueteo con Ciudadanos– en ERC.
La única toma de contacto oficial fue la reunión del pasado jueves que mantuvieron, también en el Congreso, la portavoz socialista, Adriana Lastra, y su homólogo en la formación republicana, Gabriel Rufián. No obstante, la cita no duró más de una hora y se interpretó como una señal del distanciamiento que aún existe entre ambos partidos. La pelota está en el tejado del PSOE, que requiere los 13 escaños de ERC si quiere investir a Sánchez presidente con plenitud de funciones.