Los soberanistas de Unió desprecian el trasvase de votos de CiU a Ciudadanos
El sector que rechaza la propuesta de la dirección asegura que la consulta a la militancia carece de "garantías democráticas"
La guerra puede ser total. Unió ya se ha roto en dos grandes bloques, antes de que se produzca la consulta sobre la hoja de ruta soberanista, convocada para el 14 de junio. Queda por conocer el peso de cada uno de los dos sectores, pero existe ya una clara división, que sólo podría derivar en un congreso extraordinario.
El sector soberanista de Unió, que encabeza Antoni Castellà, secretario de Universidades del Govern, que cuenta con el apoyo de un núcleo de dirigentes como Núria de Gispert, presidenta del Parlament, o de Joan Rigol, aseguró este lunes que el proceso de participación carece de «garantías democráticas», y de que no ha podido acceder al censo de militantes del partido.
Que les vaya bonito
La posición del bloque soberanista es clara. Considera que Josep Antoni Duran Lleida, con la pregunta enrevesada, compleja y que, en realidad, impide pronunciarse con un sí o un no sobre la hoja de ruta que acordó Convergència con Esquerra Republicana, trata de interpretar él mismo la respuesta final, para mantener una posición ambigua de cara al día posterior al 27 de septiembre.
Y De Gispert ha llegado a despreciar que CiU esté sufriendo por esa posición, claramente orientada a la independencia de Cataluña, en beneficio de Ciudadanos, como algunos dirigentes de Convergència llevan meses denunciando. «Si se van hacia Ciudadanos, probablemente debían estar equivocados, y, por tanto, que les vaya bonito» (traducción libre de su expresión en catalán: «Bon vent i barca nova».
Manifiesto de apoyo
La presidenta del Parlament se pronunciaba, así, tras la afirmación del secretario general de Unió, Ramon Espadaler, en la que constataba ese trasvase hacia la formación de Albert Rivera, y que preocupa sobremanera a parte de la dirección de Convergència.
El hecho es que nadie en Unió descarta ahora nada. La propia consellera de Governació, que admitió que había votado sí-sí, en la pseudo consulta del 9 de noviembre, defiende ahora las tesis de la dirección, y sentencia que la ruptura con Convergència es ya una posibilidad muy cercana.
Hasta el domingo, los dos sectores se enfrascarán en una dura lucha por el voto de los militantes. El sector soberanista ha recogido ya, como apoyo a su manifiesto, unas 1.020 firmas.