Las personas que se nieguen a vacunarse quedarán registradas en una lista europea
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anuncia que mandará los datos de las personas que rechacen la vacuna a sus socios europeos
Todas las personas que decidan negarse a recibir una dosis de la vacuna contra el coronavirus pasarán a formar parte de un gran registro estadístico que el Gobierno de España compartirá con el resto de los países miembro de la Unión Europea para poder preparar una estrategia conjunta en la búsqueda de la ansiada inmunidad de rebaño contra la Covid-19.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha confirmado este lunes la existencia de esta gran base de datos que se manejará de forma confidencial para evitar que los nombres de los ciudadanos que no se inoculen la vacuna de Pfizer se filtren. “No es un documento para hacer público y se va a hacer con el máximo respeto a la protección de datos”, ha expresado en una entrevista en La Sexta.
El máximo responsable de la contención de la pandemia ha aclarado que se trata de un registro habitual en otro tipo de tratamientos médicos y que entrarán a formar parte todas «aquellas personas que se les ha ofrecido y simplemente han rechazado» la vacuna que comenzó a distribuirse este domingo en las 17 comunidades autónomas.
El Gobierno ha preparado un protocolo para ir convocando a los ciudadanos para que se presenten en los centros de salud para recibir la vacuna. Un proceso que se realizará en función del grupo prioritario al que pertenezcan. Por el momento, la vacuna solo ha comenzado a administrarse a las personas mayores de las residencias y al personal sociosanitario que trabaja en primera línea.
«La ciudadanía va a ser citada cuando le corresponda y lo que sí pedimos es, cuando se les cite, pues acudan a la cita», ha remarcado el ministro de Sanidad.
España quiere evitar que cunda el escepticismo
El Ministerio de Sanidad persigue convencer al mayor número posible de personas para que se inyecten la vacuna durante los próximos meses. Un requisito imprescindible para alcanzar la denominada inmunidad de rebaño, que se producirá cuando cerca de un 70% de la población esté protegida contra la Covid-19, lo que reducirá las posibilidades de una expansión del virus.
El Gobierno ha optado por establecer la vacuna como voluntaria pero ha tratado de reforzar su mensaje sobre los buenos datos de seguridad que han ofrecido los ensayos clínicos con decenas de miles de voluntarios, con el objetivo de captar a la mayor parte de los adeptos. «La forma de derrotar al virus es vacunándonos todos«, ha insistido Illa.
El temor de Sanidad a un rechazo de la vacuna es objetivo. Todas las encuestas de opinión de los últimos meses han revelado un escepticismo generalizado entre los españoles con los avances de las investigaciones internacionales. A pesar de la reciente aprobación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), todavía hay un 28% de los ciudadanos que se manifiestan en contra de recibir una dosis, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
El 90% de los mayores de las residencias pide vacunarse
La nota positiva la han arrojado las personas mayores de las residencias y el personal sociosanitario que han dado un paso adelante para recibir las primeras dosis que ha diseñado la farmacéutica estadounidense Pfizer. Tanto en España como en el resto de la Unión Europea.
Un 90% de los residentes españoles ha dado ya su consentimiento para participar en la campaña de vacunación, de acuerdo a los datos del Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia. Algunas regiones como Cataluña, Aragón o Asturias han rozado una aceptación del 93% en sus centros de mayores.
La imagen de Araceli recibiendo a sus 96 años la primera vacuna de España en la residencia de Los Olmos de Guadalajara ha reforzado la confianza de los más mayores. La mujer llegó hasta la silla de vacunación con su andador y se marchó por su propio pie sin haber desarrollado ningún tipo de efecto adverso en los minutos siguientes. “No he notado nada”, reconoció.