La reunión de Sánchez con Torra impacienta al independentismo
El Govern, que ha encargado a Artadi preparar la cita mano a mano con Batet, se resiste a que Torra sea tratado como un presidente autonómico más
El Govern de Quim Torra y Junts per Catalunya (JpC) y ERC, los partidos que forman su ejecutivo, meten prisa a Pedro Sánchez. El inicio de las conversaciones entre el presidente de la Generalitat y el nuevo inquilino de la Moncloa es la nueva pantalla en la que está instalado ahora el soberanismo, que falto de iniciativas que venden, y tras días sin novedades respecto de la cita entre ambos, da señales de impacientarse.
El nerviosismo se explica también por las señales que envían Sánchez, su gobierno, el PSOE y sus socios del PSC, que están delimitando los márgenes por los que pueden discurrir las conversaciones sin posibilidad de equívoco, como dijo el lunes la CUP. Y también por las propuestas que se acumulan sobre la mesa, ninguna de ellas en clave independentista: de la del Círculo de Economía a la de recuperar el Estatut de 2010, lanzada por Sánchez y a la que se ha abonado el expresidente José Luís Rodríguez Zapatero.
Por la vía de urgencia
Este martes, tanto la portavoz del Govern, Elsa Artadi, como JpC y Esquerra insistieron, todos a una, en calificar el primer encuentro entre Torra y Sánchez de urgente, y en pedir que se celebre cuanto antes mejor.
Artadi ha sido designada por Torra para preparar la reunión, según explicó ayer ella misma, y ya trabaja en ello de la mano de la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, que ha recibido el mismo encargo por parte del Presidente del Gobierno. Pero todavía no hay ni fecha ni orden del día. Lo único que ha trascendido es que el encuentro será en la Moncloa.
Es probable que aún haya que esperar como mínimo hasta la semana que viene
Es probable que aún haya que esperar como mínimo hasta la semana que viene. El gobierno anunció que preveía celebrar la reunión antes del verano, que, en sentido estricto, arranca el jueves 21 de junio, y Artadi y Batet por ahora solo han mantenido contacto telefónico, según admitió la primera.
El presidente del grupo de Esquerra en el Parlament, Sergi Sabrià, asumió, de hecho, que el corto plazo supone esperar a la semana que viene. Sabrià pidió que el encuentro «se produzca cuanto antes mejor» porque «no hay motivo para esperar, el escenario no será mejor en julio que la semana que viene». Por tanto, celebrar el encuentro «la próxima semana», insistió, sería «mucho mejor que dentro de un mes».
El Govern no quiere ver reducido el encuentro a uno más en la ronda de reuniones de Sánchez con los presidentes autonómicos
La inquietud no viene solo por la dilación. El Govern no quiere ver reducido el encuentro a uno más en la ronda de reuniones que Sánchez planea mantener con todos los presidentes autonómicos. Por eso, va lanzando mensajes al Presidente. Artadi remarcó que Torra no va a asistir a la Moncloa como un líder «autonomista», y recordó que el de Cataluña es el único parlamento con mayoría independentista, y por segunda legislatura seguida, además.
Artadi dijo entender que el gobierno del PSOE encuadre la cita con Torra en esa agenda de reuniones, pero marcó distancias y lanzó un aviso: «Darle el mismo enfoque que a las demás sería no entender lo que pasa» en Cataluña.
El primer paso
Para el Govern, se trata, por un lado, de poder hablar de todo, «sin condiciones ni apriorismos», o «sin apriorismos ni renuncias», según la variante que del mantra formula Esquerra. Y, por el otro, de escenificar que la pelota está en el tejado de Sánchez. Y, por tanto, esperar su «oferta», según la terminología usada por Artadi. Para el portavoz de JpC, Albert Batet, el contenido de ese primer encuentro determinará si tras la «operación diálogo» del gobierno del PSOE hay «voluntad real de dialogar o sólo una operación de márquéting».
Según el planteamiento soberanista, pues, la iniciativa corresponde al Presidente del Gobierno, al que Batet le pide «el reconocimiento del diagnóstico» que el independentismo hace de la situación en Cataluña. Es decir, que compre su marco mental, lo que incluye «aceptar los resultados del 21D y también que hay una gran mayoría de catalanes contra la represión». Ese, tan improbable, sería, para Batet «un excelente punto de partida».