La mesa de partidos de Sánchez y Torra queda en punto muerto
El Gobierno y la Generalitat se reúnen por segunda vez para dar forma a la mesa de partidos, pero discrepan sobre quién debe integrarla
Una semana después de que el Gobierno de Pedro Sánchez prometiese a la Generalitat de Quim Torra la creación de una mesa de negociación entre partidos para abordar la crisis catalana, las negociaciones se encharcan: ¿Qué partidos deberían formar parte de esta mesa?
Este viernes se celebró en Barcelona una segunda reunión entre la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, por una parte, y Pere Aragonès y Elsa Artadi, vicepresidente y consellera de la Generalitat, por otra parte. Ya la semana pasada se habían reunido en la Moncloa, donde parecía que Sánchez y Torra empezaban a despejar el camino de los presupuestos.
Pero el segundo encuentro da señales de que las negociaciones están en un punto muerto. Gobierno y la Generalitat tienen percepciones diferentes sobre los participantes y la forma que debe tener ese espacio de diálogo.
Mientras el Gobierno señala que el «ámbito de diálogo político» debe ser el de «partidos catalanes», la Generalitat recuerda que ese espacio ya existe, reclama que también participen formaciones de ámbito estatal y sugiere la participación de un actor neutral «que verifique lo que está pasando», que los independentistas dicen que podría fácilmente ser Podemos.
El Gobierno y la Generalitat pierden el entusiasmo
A puerta cerrada en Barcelona, en lo que catalogaron como un «clima constructivo», el Gobierno y la Generalitat buscaron la forma de coincidir sobre este asunto, con poco resultado. Tanto así que esta vez, a diferencia de la semana pasada, se emplazaron a «seguir trabajando en las próximas semanas» sin fijar mayor plazo para la próxima reunión.
El Gobierno de Sánchez reclama que primero sean los partidos catalanes los que esbocen un plan para solucionar el conflicto catalán, mientras que el Govern de Torra cree que el espacio adecuado para ello es la mesa catalana de partidos, que tiene prevista una segunda reunión el 1 de febrero, convocada por el propio president de la Generalitat.
Tras más de 20 reuniones entre representantes de la Moncloa y del Palau, las conclusiones de ambos sobre los frutos de esos encuentros son variadas. Para el entorno de Sánchez, las reuniones acercan al conflicto a una solución, mientras que el Govern lamenta que no se haya abordado aún el derecho de autodeterminación de Cataluña.
Al margen de las reuniones está la sombra de los presupuestos: los gestos de Sánchez para convencer al separatismo de aprobar sus cuentas tampoco parecen haber dado resultado.